Los paramilitares de compañías privadas de EE UU aumentarán sus efectivos de 20.000 a 30.000 hombres
Desbordadas por los acontecimientos, las firmas de seguridad que operan en Irak y tienen desplegados a unos 20.000 paramilitares han empezado a coordinar sus acciones, al margen de las tropas estadounidenses, y han creado el mayor ejército privado del mundo. Contratadas por el Gobierno estadounidense para proteger a su personal, como es el caso de los guardaespaldas de la firma Blackwater, que protegen al administrador Paul Bremer, las empresas de mercenarios no se coordinan con las tropas regulares. Sólo tienen contactos informales, al estar compuestas en su mayoría por veteranos del ejército. Ante el agravamiento de la situación, han decidido unir sus fuerzas, según publicaba el jueves The Washington Post.
"Cada firma privada equivale a un batallón", comentó al diario un responsable militar, "ahora se están coordinando para crear el mayor ejército privado del mundo". Se calcula que hay unos 20.000 soldados privados en Irak, la mayoría estadounidenses, aunque también iraquíes, y se espera que la cifra aumente hasta 30.000 cuando se retiren las tropas. La iniciativa demuestra hasta qué punto los responsables sobre el terreno se han visto desbordados por los acontecimientos.
La Casa Blanca sigue hablando de los ataques como de casos aislados, revueltas destinadas a retar "la voluntad" y el compromiso de Estados Unidos en Irak. The New York Times aseguraba, sin embargo, citando fuentes gubernamentales anónimas, que la rebelión chií es mucho más amplia de lo que ha dado a entender la Casa Blanca y no se limita a los partidarios del clérigo Múqtada al Sáder. Pero los servicios de información no piensan que suníes y chiíes estén coordinando sus ataques, al menos de momento. Washington tantea varias opciones.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha dejado entender que Estados Unidos podría aplazar la vuelta de 25.000 soldados, prevista para las próximas semanas. Esto supondría revisar los planes para reducir el actual número de tropas de 135.000 (40.000 en Bagdad) a 115.000 en verano. En la última semana, el Ejército estadounidense ha registrado su mayor número de bajas, 40 muertos, desde la caída de la capital. En total, la posguerra ha costado 635 muertos y 2.988 heridos. Rumsfeld agradeció el jueves la decisión de Japón de mantener a sus tropas en Irak pese a las amenazas de un grupo terrorista de ejecutar a tres civiles japoneses. El empeoramiento de la situación podría crear un problema de credibilidad para el presidente George W. Bush. En los últimos días, las televisiones estadounidenses han retransmitido sin tregua imágenes de los cadáveres de los soldados repatriados en oscuras bolsas de plástico. En tiempo electoral, los body bags (bolsas con cuerpos) son el peor enemigo de un presidente que espera ser reelegido.
Bush, en su rancho de Crawford (Tejas), no tenía previsto aparecer en público hasta la misa del domingo de Pascua. Ahora sus asesores están considerando una breve aparición ante las cámaras el sábado y un discurso durante el fin de semana. Mientras tanto, Washington ha empezado a tantear a varios países para crear un contingente que proteja a la ONU mientras organiza las elecciones y la transición, a la vista de que ninguno de los 33 países de la coalición reforzará sus tropas en Irak.
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