Los rivales de Buteflika denuncian fraude en las presidenciales de hoy en Argelia

"¡No al atraco electoral!". Con este eslogan, los tres principales rivales en la carrera electoral del jefe de Estado argelino, Abdelaziz Buteflika, quebraron el martes por la noche las dos jornadas de reflexión previas a las presidenciales de hoy. En un comunicado conjunto aseguran que "la camarilla del presidente" prepara un fraude a gran escala para declararle vencedor en la primera vuelta; anuncian que rechazarán ese resultado y piden veladamente al Ejército que intervenga para "impedir el complot". Antes de que se abran las urnas la polémica está servida.

Algo más de 18 millones de argelinos, sobre un total de 32 millones, deberán elegir hoy al jefe del Estado en las terceras elecciones presidenciales pluripartidistas del país, primeras en las que no se conoce de antemano el nombre del vencedor. Si ningún candidato obtiene el 50% de los sufragios en la primera vuelta deberá celebrarse una segunda en el plazo máximo de un mes.

Buteflika solicita un segundo mandato quinquenal pero también aspiran a sucederle otros cinco candidatos: el líder del Frente de Liberación Nacional (FLN), Ali Benflis, el islamista moderado Abdelá Yabalá, el berberista laico Said Sadi, la trotskista Luiza Hanun y un desconocido, Ali Fawzi Rabian.

La gran novedad es que, por primera vez, el Ejército, que ha gobernado Argelia desde la sombra durante décadas, parece no tener un candidato al que imponer. El jefe de Estado Mayor, el general Mohamed Lamari, ha reiterado la neutralidad y ha invitado incluso a la Administración y a la justicia a ser imparciales. "No tienen vocación (...) de tomar partido", declaró.

Esta actitud de la cúpula militar se explica, en parte, porque en la criba de los aspirantes a candidato efectuada en marzo por el Consejo Constitucional han sido eliminados aquellos con posibilidad de ganar y que pretendían reformar en profundidad el sistema, como el ex ministro de Asuntos Exteriores Taleb Ibrahim, afín al disuelto Frente Islámico de Salvación (FIS). Su solicitud fue desestimada por no cumplir los requisitos y ahora pide el voto para Benflis.

"Esta vez (...) el sistema propone a los argelinos candidaturas preseleccionadas y una campaña con discursos amarrados", asegura el ex primer ministro Mulud Hamruche. "Son candidatos que proceden del sistema (...) y no presentan programas alternativos al actual statu quo", añade. "En estas condiciones sí puede organizar una elección abierta" en la que el vencedor no está decidido de antemano.

Pese a su supuesto carácter amarrado, la campaña electoral ha sido agria. Todos los rivales de Buteflika, excepto la trotskista Hanun, han arremetido contra él. Benflis le ha tachado de "fascista" y "faraón" y uno los colaboradores de éste le ha llamado "media colilla" -el presidente es de baja estatura-, mientras otro recalcaba que no podía seguir gobernando "porque no ha tenido descendencia". El presidente no ha respondido a sus adversarios pero ha descrito a los periodistas que le criticaban como "terroristas de otra índole".

La campaña electoral ha estado además salpicada de incidentes violentos, de los que Benflis ha sido la principal víctima. Jóvenes alborotadores han impedido el acceso de sus seguidores a los recintos donde debía dar el mitin o han penetrado en ellos para romper las sillas. El líder del FLN, antiguo partido único, se vio obligado a suspender algún que otro acto electoral mientras la comisión nacional de control de las elecciones instaba al Ministerio del Interior a actuar con más contundencia contra los agitadores.

Sondeo preelectoral

Esos incidentes no eran más, según los detractores de Buteflika, que un anticipo del fraude en preparación por parte del equipo presidencial. Una emisión de televisión, el lunes por la noche, en la que se mencionaban sondeos que atribuían al presidente entre el 53% y el 55% de los sufragios les hizo sospechar que estaba preparando a la opinión pública para que el titular de Interior, Yazid Zehuni, anunciase un resultado dentro de esa horquilla.

De ahí el comunicado firmado por el nacionalista Benflis, el islamista Yabalá y el bereber Sadi denunciando que esa mayoría absoluta sólo podría ser producto de una manipulación de la Administración al servicio del presidente. Invitan además a "las instituciones de la República encargadas de la protección de la Constitución (...) a poner un término a esa conspiración". La alusión al Ejército es nítida.

Si Buteflika no rebasase hoy el 50% tendría que concurrir en una segunda vuelta en la que sus posibilidades de éxito son menores frente a Benflis. Todos los demás contrincantes, excepto acaso la trotskista Hanun, pedirían a sus electores que apoyen entonces al líder del FLN. "El presidente que no haya sido elegido por una aplastante mayoría debe irse a su casa", ha repetido Buteflika en sus mítines. Acaso su orgullo herido le incite a retirarse de la competición si no sale a la primera.