Dos rivales procedentes del mismo crisol

Hace ahora algo más de cinco años que Abdelaziz Buteflika aceptó la oferta de los jerarcas militares de ser presidente de Argelia tras unas elecciones amañadas en las que acabó siendo el único candidato porque sus adversarios se retiraron. Buscó entonces a un jefe de campaña y sus colaboradores le dieron el nombre de Alí Benflis, al que contrató.

Los dos hombres se conocían poco, aunque procedían del mismo crisol político, el Frente de Liberación Nacional, el que fue el partido único hasta 1988. Nacido en 1937 en la ciudad marroquí de Ujda, pero en el seno de una familia de Tlemcen (oeste de Argelia), Buteflika participó, con 19 años, en la guerra de independencia contra Francia. Allí trabó amistad con el que sería su valedor, Huari Bumedian, el segundo presidente de Argelia.

Fue, con 25 años, el más joven ministro de la Argelia independiente y, con 26, saltó a la cartera de Exteriores hasta que en 1978 murió Bumedian. Aspiraba a sucederle, pero el Ejército le vetó. Empezó entonces para Buteflika una larga travesía del desierto en la que el Tribunal de Cuentas le sacó a relucir supuestas malversaciones. Se exilió en el golfo Pérsico, donde asesoró a emires y sultanes hasta que en 1988 regresó a Argel y se permitió el lujo de rechazar la presidencia en 1994.

Benflis, nacido en Batna (este de Argelia) en 1944, no tiene edad para haber participado en la guerra, aunque su padre sí murió a manos de los franceses. Estudió Derecho en Constantina y empezó una carrera de magistrado y, después, de abogado, hasta que en 1987, en los albores del pluripartidismo, se afilió al FLN y fundó también la Liga Argelina de Derechos Humanos. En 1988 fue nombrado ministro de Justicia. En un país en el que son excepcionales las dimisiones, tuvo la valentía de renunciar a su cargo en 1992 en protesta por la creación por el Ejército, en el desierto, de campamentos a los que se enviaba a los islamistas detenidos. Benflis volvió a la política en 1998, de la mano de Buteflika, y ambos debieron considerar fructífera esa colaboración.