La calidad del MP3 es "bastante deleznable", según Eduardo Bautista

"Con sus palabras, me siento criminalizado", afirmó un asistente al debate, y subrayó que no siente que robe cuando se baja una canción de Internet. Sus palabras iban dirigidas a Eduardo Bautista, quién afirmó, entre otras muchas cosas, que "Napster robaba impunemente". El presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) abominó del MP3 por la mala calidad de sonido que ofrece este formato: "Tiene una calidad bastante deleznable".

El presidente de la SGAE participó en un debate sobre derechos de autor en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Bautista defendió a los autores. Y dio datos: Sólo el 4% de los autores que representa la SGAE gana por encima del salario medio interprofesional. El autor nunca gana más allá del 8,5% en la cadena de valor. "Yo represento al albañil de todo esto, al que está en el andamio constantemente".

Bautista negó que la SGAE vaya a plantear ahora un debate público sobre la inclusión de un canon por derechos de autor en el precio de los ordenadores personales, similar al que se aplica actualmente en los CD vírgenes. Desde la SGAE se afirma que el asunto de los discos duros se encuentra, en efecto, en un plano más teórico. No está en la agenda, en estos momentos.

La polémica sobre el canon de los CD vírgenes sigue abierta en la Red y la campaña de la Asociación de Internautas (AI) contra el canon va en aumento. Según la SGAE, la venta de discos vírgenes ha mantenido su curva ascendente en España desde septiembre de 2003, fecha que se regularizó la remuneración compensatoria por copia privada que se aplica a CD y DVD vírgenes.

Bautista presentó a los asistentes un modelo de negocio que considera "sostenible" en el que todas las obras que circulan por la red llevan su correspondiente marca, una especie de matrícula digital, para que se puedan detectar en cada transacción.

El debate sobre los derechos de autor en la universidad catalana puso otros temas sobre la mesa como la normativa europea que obliga a las bibliotecas públicas a aplicar un canon que grave los préstamos de las obras. Otro tema fue las dificultades que tienen los científicos para difundir sus obras, ya que se ven obligados a renunciar a sus derechos de autor cuando publican en las prestigiosas revistas científicas.