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Los sectores taurinos se rebelan contra el rechazo de Barcelona a las corridas de toros

El Gobierno catalán creará una comisión para decidir si prohíbe la fiesta

El Gobierno catalán creará una comisión para decidir el futuro de las corridas de toros. Lo anunció el miércoles la consejera de Interior, Montserrat Tura, en cuyos cálculos no entra "acabar de golpe con fiestas de siglos de antigüedad". Mientras, los sectores taurinos se rebelaban contra la declaración efectuada el martes por el pleno municipal en la que se rechazaban las corridas. CiU, ICV y grupos ecologistas, en cambio, defendían incluso la prohibición.

La intención del Gobierno catalán, explicó el director general de Juegos y Espectáculos, Xavier Guitart, es buscar el acuerdo máximo sin herir la sensibilidad ni los derechos de nadie. La decisión, aseguró, "no puede ser administrativa y fría". Y fría difícilmente lo será, porque la polémica desatada por la aprobación efectuada el martes por el pleno municipal de Barcelona que declaró antitaurina la ciudad provocó ayer una oleada de manifestaciones a favor y en contra.

A favor de las corridas de toros se manifestaron los toreros, los criadores de toros, las peñas taurinas de la ciudad y la Escuela Taurina de Barcelona, aunque esta entidad, con no pocos matices; las manifestaciones en contra procedieron de diversas entidades defensoras de los animales, grupos ecologistas e Iniciativa per Catalunya Verds y Convergència i Unió. La formación ecosocialista anunció su intención, no urgente, de llevar el asunto al Congreso de los Diputados para que prohíba las corridas.

El propio Ayuntamiento de Barcelona estaba ayer sorprendido por el eco de la noticia y, en parte, casi desbordado por la multitud de llamadas de medios de todo el mundo que se interesaban por los detalles: desde la BBC británica hasta la colombiana Radio Caracol, pasando por otros medios de Francia, Italia, Holanda y prácticamente toda América Latina.

La sensación en Cataluña fue resumida por varios de los que intervinieron en el pleno que rechazó las corridas: la sociedad está dividida, aunque mayoritariamente es partidaria de eliminar las corridas por lo que tienen de sufrimiento para los animales. No obstante, el asunto no parece ser prioritario, convencidos los antitaurinos de que el tiempo y las costumbres juegan a su favor.

Esto supone que, en general, sean más beligerantes los partidarios de la fiesta.La Agrupación de Toreros y Rejoneadores calificó de "intolerantes y oportunistas" a los concejales que aprobaron la resolución. El coordinador de la agrupación, Íñigo Fraile, explicó que lo ocurrido ayer es "un triste ejercicio de odio, intolerancia y fanatismo contra los toros". La asociación que agrupa a toreros y rejoneadores considera que es "chocante" que la decisión se haya producido en coincidencia con el Fòrum de les Cultures ya que, en su opinión, se intenta "marginar un acervo social y cultural único en el mundo".

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La Unión de Criadores de Toros de Lidia instó al Ayuntamiento de Barcelona a reflexionar sobre "las implicaciones laborales y profesionales" que supone su declaración. "Creemos que esta decisión, que en ningún momento ha sido debatida o planteada a los amplios colectivos de profesionales y aficionados que componemos el mundo de la fiesta, obvia aspectos de enorme calado en el mantenimiento de un tesoro genético como es el toro de lidia y de los ecosistemas en que éste se desarrolla, aparte de las implicaciones laborales y profesionales a las que induce una medida como ésta". El colectivo se declara "consternado" y dice haber recibido manifestaciones solidarias de aficionados, abonados, toreros, picadores, banderilleros, empresarios y escuelas taurinas.

"Sorpresa y desagrado"

El vicepresidente de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña y presidente de la peña José Tomás de Barcelona, Luis Corrales, manifestó su "sorpresa y desagrado" por la decisión del pleno barcelonés. En su opinión, "nadie tiene derecho a atribuirse la capacidad de decidir sobre la sensibilidad de los ciudadanos". Corrales cree que el Ayuntamiento "más que solucionar un problema, lo crea", porque no hay "una real reclamación popular sobre las corridas de toros". Indicó que si bien en Barcelona no hay una sensibilidad protaurina, tampoco la hay en contra de las corridas.

El presidente de la Escola Taurina de Catalunya, Luis Alcántara, en cambio, cree que la declaración de Barcelona como ciudad antitaurina no repercutirá en el desarrollo de la escuela, que cuenta con 15 alumnos y que en cinco años ha formado a 70 toreros. Por el contrario, Alcántara aseguró que la declaración "da publicidad" al toro. "Cada año, cuando empieza la temporada en Barcelona, se dan este tipo de concentraciones antitaurinas y nadie les ha hecho mucho caso hasta ahora", aseguró.Alcántara recordó que "una de las primeras plazas de toros de piedra de España se construyó en Olot, lugar en el que no había inmigrantes, todos eran catalanes", y que "Barcelona ha sido la única ciudad del mundo en la que ha habido tres plazas funcionando a la vez".

El Gobierno catalán, por su parte, trataba de enfriar el asunto. Montserrat Tura anunció la comisión, ya prevista. El portavoz del Ejecutivo, Joaquim Nadal, sugirió que antes de actuar hay que "calibrar" la opinión social y las consecuencias.

Tura explicó que la comisión sobre los toros estará abierta a todos los sectores implicados:asociaciones defensoras de los animales, defensores de la tauromaquia, antropólogos y expertos en fiestas populares. "Hemos de encontrar un punto intermedio entre acabar con todas las manifestaciones populares en las que participen animales y permitir cualquier festejo donde se humille a los animales", dijo. Y añadió: "No podemos acabar de golpe con fiestas que tienen varios siglos de antigüedad", refiriéndose a la multitud de poblaciones catalanas donde se realizan, durante las fiestas patronales, suelta de vaquillas o encierros taurinos. "Si eliminamos estos festejos podemos acabar con tradiciones de varios siglos".

El presidente del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, aseguró que el alcalde de Barcelona, Joan Clos, "tiene ahora la obligación de encabezar" el proceso "para poner fin" a las corridas de toros en Barcelona, tras la declaración aprobada ayer en el pleno municipal.

El diputado de ICV-EUiA en el Congreso, Joan Herrera, aseguró que su formación "no renuncia" a trasladar a la Cámara Baja y al Parlament la petición de que sean prohibidas las corridas de toros y otras actividades que "hagan del sufrimiento de los animales un espectáculo". Herrera añadió que no se plantea impulsar "de forma inmediata" la prohibición de las corridas en los parlamentos español y catalán, ya que "no es la medida más urgente" ni "puede ser el primer tema de la agenda política".

La Asociación de Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA) pidió que durante el Fòrum Barcelona 2004, entre el 9 de mayo y el 26 de septiembre, no se celebren corridas de toros, ya que "los principios de paz y respeto que defiende el Fòrum son incompatibles con la violencia y la tortura hacia los animales que genera el espectáculo taurino". La presidenta de ADDA, Carmen Méndez López, sostiene que el pronunciamiento del Ayuntamiento de Barcelona indica que la sociedad española está cada vez más sensibilizada con el respeto a los animales.

Ciudades antitaurinas

Cataluña tiene una ley de protección de los animales que permite las corridas con muerte del toro en las plazas fijas, aunque las prohíbe en otro tipo de recintos. Esta norma provocó protestas en Cardona, sin coso estable, pero con festejo taurino especial de la población que incluía la muerte del astado. Finalmente, Cardona aceptó dejar de matar el toro.

Esta norma buscaba evitar la proliferación de espectáculos taurinos en localidades turísticas sin tradición taurófila, pero respetaba la de las poblaciones que la tenían. Entre ellas, Olot. Pero también Barcelona.

Quedó fuera de la ley L'Hospitalet de Llobregat, ciudad donde esporádicamente se celebraban festejos con una plaza de quita y pon. En el año 1988, el mismo en el que fue aprobada la ley de protección de los animales, se suspendió, aplicando la norma, una novillada que incluía la muerte de los novillos. Un sector de la población reaccionó de forma airada, organizó una manifestación y apedreó una oficina del Departamento de Bienestar Social.

Pese a la tradición, Olot intentó en el año 2000 no ya declararse ciudad antitaurina, sino prohibir la celebración de las corridas, y así lo decidió su pleno municipal. Duró poco: la medida fue anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Pero la primera localidad que se declaró antitaurina no ha sido Barcelona ni tampoco Olot, sino Tossa de Mar, que además fue escenario de nutridas manifestaciones contra las corridas. En realidad, la actividad antitaurina de Tossa apuntaba contra las corridas para turistas organizadas en Lloret de Mar. El Ayuntamiento de Tossa prohibió la publicidad de las corridas. Poco después, los municipios de La Vajol y Vilamacolum, ambos en la comarca del Alt Empordà, se declaraban también antitaurinos.

El propio Ayuntamiento de Barcelona se había manifestado en un pleno celebrado el 23 de octubre de 1998 contrario a las torturas que para un animal suponen ser soltado en un coso, picado, banderilleado y matado a punta de espada (con el degüello añadido en algunos casos). Eso no quita para que, como recordó un concejal popular el martes, también hubiera concedido, siendo alcalde Pasqual Maragall, la medalla de oro de la ciudad al torero Joaquín Bernadó.

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