Una trotskista en campaña

Centenares de hombres, muchos de ellos de aspecto islamista, corearon en 1979 en Argel el nombre de una mujer de izquierdas y partidaria del laicismo. Era Luiza Hanun, líder del Partido del Trabajo, de inspiración trotskista, que había suscrito el llamado contrato nacional en el que los partidos de oposición pedían la legalización del Frente Islámico de Salvación, prohibido desde 1992.

En una Argelia en la que las mujeres distan mucho de estar equiparadas jurídicamente a los hombres, una de ellas compite, por primera vez, en la carrera a la presidencia de la República. Es el segundo caso en la historia del mundo árabe.

Nacida hace hoy 50 años en el seno de una familia obrera en Jijel, estudió Derecho en Annaba, donde en 1979 empezó su militancia clandestina en un grupo trotskista. Su vida estará desde entonces entregada a la lucha sindical, feminista, política y en pro de los derechos humanos. En 1983 fue encarcelada unos meses por poner en peligro la seguridad del Estado -nunca fue juzgada-. Su formación es legal desde la introducción del pluripartidismo en 1989. Uno de los ejes de su campaña ha sido la derogación del "injusto" código de familia y en sus mítines lanza acusaciones contra las multinacionales que intentan "expoliar las riquezas del país" al tiempo que "quiebran la relación laboral que garantiza el sector público".