González-Páramo avisa de que habrá que acostumbrarse a un euro volátil

"No es deseable" la volatilidad de los tipos de cambio del euro, pero "considero que hemos de acostumbrarnos a vivir con ella y más en un mundo formado por mercados financieros cada vez más integrados", declaró ayer al referirse al futuro del euro el español José Manuel González-Páramo, recientemente designado miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) en sustitución del también español Eugenio Domingo Solans.

González-Páramo compareció ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, que aprobó -por 11 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones y sin la presencia de ningún eurodiputado español- su incorporación al BCE el próximo 1 de junio. Ésta tendrá que ser ratificada por el pleno de la Eurocámara antes de fin de mes.

El BCE debe "analizar y gestionar los movimientos de los tipos de cambio y la volatilidad en cuanto que repercute sobre los objetivos que tiene asignados", agregó. Sin embargo, consideró "muy difícil" determinar, en cada momento, cuáles son los factores que hacen variar los tipos de cambio. Ayer el euro recuperó terreno frente al dólar y llegó a cotizar a una media de 1,2050 durante la jornada.

Respecto a las previsiones de crecimiento en la zona de la moneda común se mostró optimista, gracias, dijo, al mejor clima internacional y de las economías familiares y empresariales, pese a la falta de tirón del consumo y la inversión. Pasó con guante blanco sobre las perspectivas de una bajada de tipos de interés por parte del BCE. Sin embargo, enfatizó que los problemas de la economía europea no están ligadas a los tipos, sino a "los retrasos de las reformas estructurales marcadas por la agenda de Lisboa".

Vías alternativas

Para González-Páramo, la zona euro tiene dos retos: aumentar el potencial de crecimiento mediante reformas estructurales y con políticas fiscales sostenibles; y el otro, mantener la estabilidad de los precios. "Las reglas se aprueban para ser aplicadas", declaró al referirse al Pacto de Estabilidad, del que se mostró un firme defensor, aunque sin cerrar vías de interpretación.

"En su letra actual puntúa muy bien. No sería un buen servicio modificar las normas, porque haya sido sometido a un estrés por un momento", afirmó al referirse a los incumplimientos de Alemania y Francia. Sin embargo, abogó por "vías alternativas de aplicación", como, por ejemplo, que el pacto incluya objetivos parciales de reducción de déficit en momentos de expansión y no sólo límites de déficit en fases de recesión.

González-Páramo, que ocupará su nuevo cargo a partir del próximo 1 de junio, hizo una defensa a ultranza de la política del BCE durante el mandato del holandés Wim Duisenberg y los primeros compases del francés Jean-Claude Trichet: "Apoyo sin reservas la estrategia del banco en estos últimos años. Es fruto de mi convicción personal, no de un mimetismo, y está derivado de mi experiencia académica y bancaria".