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VISTO / OÍDO
Columna
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Dar la cara

O se ofrece la otra mejilla, o se da la cara; o se arreglan las cosas y se llega a soluciones. El Gobierno que agoniza (mal) manda "dar la cara", y no acepta la idea de arreglar las cosas. Poner la otra mejilla, mandato manso y sublime, fue para dominar al pueblo. Acusan a este Gobierno por ablandarse y retirar tropas que nunca debieron ir a matar iraquíes, como tuvieron que hacer ayer. Además, chiíes, que utilizamos para cómplices y colaboracionistas, como a los kurdos. Pero nos importan los muslimes en general: los fieros nos están matando. No al Gobierno, no al Ejército, no a Bush: a los viajeros de cercanías; por poco, a los del AVE, a los vecinos de una casa en Leganés asaltada dando la cara, pobre muchacho policía que la perdió. Imaginemos imposibles: que se retiran las tropas de Irak para siempre; que se intenta sacar a las de Afganistán y a los barcos y los aviones que andan por Oriente Próximo colaborando con Israel y Estados Unidos (quizá ya no estén: hay secretos). Puestos en la locura de imaginar, imaginemos que ETA declara la tregua total el día de la patria vasca -el domingo, creo-; que poco después toma posesión Zapatero y se inicia otra manera de tratar el "problema vasco" o hay un entendimiento con Ibarretxe. Con la locura que da la sensatez, en el arrebato que produce la razón, imaginemos una cierta paz en este país que no quiere la guerra: ¡qué desastre para Aznar y sus clones ministeriales, cátedros y escritores! No sólo no harían falta, sino que quizá su partido disolviera esta formación y se fuera a una derecha sin Aznar y Fraga: algo más razonable (dentro de lo que puede), más alternativa, ya sin Bush -en noviembre- al que pedir desastres.

No digo que sería un mundo feliz; pero sí una España más vivible. Ligeramente más justa, apenas mejor en la cuestión social, lavada en cuanto a la educación y valentona en la expansión de realidades verdaderamente laicas, aclarada en cuestiones sexuales de las que aún están perseguidas, ligeramente benévola para los inmigrantes que nos están recuperando la seguridad social y la demografía. Y Zapatero, que es una derecha con rostro humano, no digo que resolviese todo, pero sí que entreabriría un futuro mejor. Un interregno. Esa forma de dar la cara es la más difícil. Pero vale la pena.

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