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Las pastelerías se vuelcan en las torrijas y los huevos de chocolate

Las 'monas' de Pascua también tienen su réplica en el horno castellano

José Carlos Capel

En consonancia con las más viejas tradiciones golosas españolas, en la última semana de Cuaresma en los escaparates de las pastelerías madrileñas aparecen por fin las torrijas y los huevos de Pascua. Pero décadas atrás -no debemos olvidarlo-, la mayoría de los dulces ibéricos contenían manteca de cerdo, una grasa prohibida durante los periodos de abstinencia, que no contienen las torrijas, los buñuelos de viento y otros dulces de sartén que sólo requieren aceite de oliva.

Aunque las torrijas acumulan toda suerte de reconocimientos, en Madrid su momento de esplendor fue durante el siglo XIX. Las torrijas eran entonces el gran dulce del romanticismo, compañeras inseparables de muchas tertulias tabernarias y de no pocas conspiraciones políticas. Enloquecían a la obesa reina Isabel II, a Alfonso XII e incluso a Jacinto Benavente, golosos empedernidos en su época.

Por aquel entonces no había una sola taberna madrileña que no se jactase de prepararlas perfectamente. Un dulce al que el periodista Antonio Díaz Cañabate dedicó páginas apasionadas en su Historia de una taberna, porque, según el mismo autor, en muchos barrios madrileños se hablaba de las torrijas igual que de brillantes en las joyerías de la Quinta Avenida neoyorquina.

La primera receta documentada que existe de las torrijas figura en el Arte de cocina, pastelería y bizcochería (1611) de Francisco Martínez Montiño, cocinero del rey Felipe III. Con toda seguridad, su nombre proviene del verbo torrar (tostar), por semejanza con su color retostado. De las torrijas hay tantas recetas como cocineros. Cuando las torrijas se elaboran con rebanadas de pan dulzón del día anterior, se empapan en leche azucarada, se escurren, rebozan y fríen en aceite de oliva, equivalen a una crema de leche deliciosa.

Los huevos de Pascua

Otro símbolo goloso de la Pascua, los huevos de chocolate, no pueden disimular su arcaico simbolismo. En calidad de semilla de vida y elemento de fertilidad, en la antigüedad pagana los huevos se vinculaban al inicio de cada nuevo ciclo vegetativo, a la idea de la resurrección y a ese concepto de retorno que representa la estación de la primavera.

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De las primitivas ofrendas de huevos y frutos secos que se hacían a las diosas que representaban la fertilidad mediterránea (Tanit, Astarté, Afrodita y Venus), derivaron tiempo después las masas de harina con huevos duros. Aún hoy pervive en toda España la costumbre de ingerir u ofrecer panes o bollos dulces ilustrados con huevos cocidos.

Las monas de Pascua, dulce tan típico del Mediterráneo español, desde Cataluña hasta Murcia, encuentran una réplica en los hornazos castellanos y en las opillas y piper opillas del País Vasco. Justo ahora, los escaparates de muchas pastelerías ibéricas se llenan de bollos zoomórficos y cocas de masa abizcochada cuya superficie se decora con huevos, anisillos y también con cabello de ángel. A principios del siglo XX, las tradicionales monas (panes) mediterráneas iniciaron un proceso de evolución; primero, cambiaron hacia la mona-pastel y luego hacia las monas escultóricas de chocolate, en cuyas composiciones los huevos cobraron un papel relevante.

Recetas caseras y especialistas

He aquí una receta tradicional para quienes quieran entretenerse haciendo torrijas en casa.

Ingredientes:

- Ocho rodajas de pan (preferiblemente de un par de días).

- Dos huevos.

- Un cuarto de litro de leche.

- 100 gramos de azúcar.

- Canela en polvo.

- Aceite para freír.

Preparación: mezclar la leche tibia con 50 gramos de azúcar. Después hay que bañar las rebanadas de pan con la leche y tenerlas 10 minutos en remojo para que vayan absorbiendo la leche.

En el momento de freír, hay que pasar las rebanadas por el huevo batido.

El aceite ha de ser abundante y debe estar muy caliente. Cuando las torrijas estén doradas, hay que escurrirlas y espolvorearlas con el resto del azúcar, mezclado con un poco de canela en polvo.

Si la opción es ir de compras, éstos son algunos de los locales especialistas en torrijas:

- Filipinas. Juan Ramón Jiménez, 43. Teléfono 913 454 702.

- Formentor. General Díaz Porlier, 7. Teléfono 914 319 727.

- Horno de San Onofre. San Onofre, 3. Teléfono 915 329 060.

- Horno La Santiaguesa. Mayor, 73. Teléfono 915 596 214.

- Villa de Versalles.Príncipe de Vergara, 209 (entrada por Rodríguez Marín, 82). Teléfono 915 636 921.

- Cala Millor. Fermín Caballero, 70. Teléfono 917 381 661.

- Mallorca. Serrano, 6. Teléfono 915 771 859. Velázquez, 59. Teléfono 914 319 909.

- Antigua Pastelería Pozo. Pozo, 8.Teléfono 915 223 894.

- Riofrío. Génova, 28. Teléfono 913 192 977.

- Sylkar. Espronceda, 17. Teléfono 915 545 703.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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