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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La importancia de lo convertible

Juan Ignacio Crespo

Dentro del patrimonio conjunto que acumulan los fondos de inversión en España, la proporción que se concentra en los garantizados de renta variable asciende a casi el 20% del total. Sus características principales son la garantía del capital y el compromiso de una rentabilidad vinculada a la evolución de un índice de Bolsa. De esa manera, si las bolsas suben, el partícipe se beneficiará de parte de la subida, y si bajan, su capital estará protegido por la garantía que le ha otorgado el banco o la caja correspondiente.

Los fondos garantizados de renta variable han sido desde hace casi diez años parte de la respuesta de bancos y cajas al conservadurismo de sus clientes, a medida que la bajada de los tipos de interés iba restando atractivo a los depósitos y a los fondos monetarios. Pero, en los últimos tiempos, las fórmulas que ligan la rentabilidad de los fondos garantizados a los índices de Bolsa están resultando poco apetitosas, por lo que pudiera parecer que los inversores conservadores que quieren obtener una rentabilidad razonable para su dinero se están quedando sin alternativas.

Sin embargo, no es así. Existe un tipo de fondo de inversión poco conocido en nuestro país que proporciona una protección relativamente alta del capital que se invierte y que permite, a la vez, beneficiarse de las eventuales subidas de Bolsa. Se trata de los fondos que invierten en bonos y en obligaciones convertibles.

Un bono convertible no es más que la combinación de un bono convencional (por el que una empresa se compromete a pagar intereses de forma periódica a quienes hayan invertido en él, así como a reembolsarles el capital al cabo de un cierto tiempo) y de una opción de compra sobre las acciones de la empresa, a un precio prefijado. Si las bolsas suben, lo normal es que el precio de las acciones de la empresa suba también, con lo que el tenedor del bono convertible decidirá ejercer su derecho a comprar las acciones de la empresa al precio (más barato) establecido en la opción. Si las bolsas bajan, probablemente podrá comprar las acciones de esa empresa a menor precio directamente en Bolsa. De ahí que si la caída de las bolsas se prolonga, la opción pueda perder todo su valor.

Los bonos convertibles son, pues, un instrumento financiero a medio camino entre la renta fija y la renta variable, y a pesar de que ya tienen más de 100 años de vida no han llegado a popularizarse. Algo extraño, ya que proporcionan pagos por intereses de manera regular y, a la vez, participan del potencial de revalorización que puedan tener las bolsas. Además, protegen el capital tanto como grande sea la solvencia de la empresa que los emite: 100% al vencimiento del bono.

La experiencia dice que, en términos generales, un bono convertible de una empresa puede beneficiarse hasta de un 70% del potencial de subida de sus acciones, y caer sólo el 50% de lo que caiga la acción en caso de que las cosas vayan mal. Su atractivo aumentó mucho en los años setenta al considerárseles una buena protección contra la inflación. Esa década fue una época de bolsas muy inestables, como en la actualidad.

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