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Teresa Fdez. de la Vega | Vicepresidenta 1ª | EL GOBIERNO DE ZAPATERO

La solidez frente a las situaciones conflictivas

En su triple faceta de vicepresidenta primera, ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega (Valencia, 1949) acumulará la mayor parcela de poder que haya tenido un vicepresidente socialista desde los tiempos de Alfonso Guerra.

Las paradojas de la política hacen que Fernández de la Vega vaya a estar jerárquicamente por encima de Jesús Caldera, del que ha sido número dos durante los últimos cuatro años en el grupo parlamentario. Cuando entró en política en 1982, de la mano primer ministro de Justicia socialista, Fernando Ledesma, probablemente tampoco imaginó que andando el tiempo llegaría a responsable del mismo departamento, como secretaria de Estado a las órdenes de Juan Alberto Belloch.

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Trabajadora esforzada e incansable, no parece que Fernández de la Vega -soltera y sin carnet del PSOE- vaya a tener mayores problemas a la hora de aplicar sus dotes de organización a la tarea de coordinar la labor de todos los ministerios, con la excepción del área económica.

Mayores dudas suscita la imagen que pueda ofrecer como portavoz del Ejecutivo. Dada su tipología política, Zapatero parece haber buscado en ella expresar una imagen de solidez, solvencia y seriedad, aunque preocupa que a la par pueda proyectar cierta idea de dureza y hasta cierta sequedad expositiva. De ademanes firmes y seguros, suele hablar una palabra de menos antes que una de más, pero puede aparecer relajada y sonriente y sus colaboradores aprecian en ella un carácter afable no exento en ocasiones de cierta ternura.

De sólida experiencia jurídica y una dilatada trayectoria de más de 20 años en política, la superministra de Rodríguez Zapatero conoce a la perfección el entramado judicial al que accedió por la base, como integrante del cuerpo de secretarios judiciales, en el que llegó a magistrada de lo Social y vocal del Consejo General del Poder Judicial entre 1990 y 1995.

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En la Administración pública ha desempeñado los cargos de jefe del gabinete del ministro Ledesma, directora general de Servicios del Ministerio de Justicia y secretaria de Estado de Justicia. En el Congreso se ha fogueado como secretaria general de su grupo, haciendo buena parte del trabajo de oposición que ha llevado a cabo el PSOE en los últimos cuatro años.

Soltera, feminista y preocupada por los asuntos sociales, Fernández de la Vega parece haber sido especialmente entrenada para situaciones altamente conflictivas. Con Ledesma tuvo que padecer las reacciones del estamento judicial a la ley orgánica de 1985, que acabó con numerosas prebendas judiciales, redujo la edad de jubilación y estableció nuevos turnos de acceso a la Judicatura.

Con Pascual Sala como presidente conoció el Consejo del Poder Judicial más conflictivo de la historia, que acabó en medio de una tormenta de dimisiones y querellas, y a las órdenes de Belloch tuvo que hacer frente a los escándalos mediáticos que llovieron sobre el último Gobierno de Felipe González.

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