Egiptólogos españoles descubren el primer dibujo frontal de un faraón
El retrato, en una tablilla preparatoria, podría representar a Tutmosis III o a Hatshepsut
A través de un abismo de 3.500 años de historia llega el retrato excepcional de un faraón. El egiptólogo José Manuel Galán, director del equipo español que excava en la antigua Tebas la tumba de Djehuty, en la necrópolis de Dra Abu el Naga, junto al Valle de los Reyes, presentó ayer, restaurado, uno de los hallazgos más sensacionales de la misión, la denominada Tabla del Maestro, en la que figura el único dibujo frontal conocido de un monarca egipcio, según recalcó el propio investigador.
La Tabla del Maestro, de 31 - 50 - 1 centímetros, es una tablilla de madera estucada con una cuadrícula dibujada para medir proporciones y varios bocetos, un objeto que empleaban los escribas y artistas egipcios para realizar trabajos preparatorios o enseñar a un aprendiz, y que, considera Galán, pudo depositarse en la tumba como parte del ajuar funerario.
La pieza hallada muestra en un lado un doble retrato de un faraón de la XVIII dinastía realizado por dos manos diferentes -una más insegura-, inscripciones repetidas de El libro de Kemit -como si fueran pruebas de caligrafía- y, en el reverso, un bosquejo del rey cazando patos entre cañaverales.
Inicialmente, los investigadores identificaron al faraón retratado, cuyo nombre no consta en la tablilla, con Tutmosis III (1479- 1425 antes de Cristo), aunque ahora, dijo ayer Galán, "detalles de ojos y boca nos hacen pensar que quizá se trate de Hatshepsut" (1473-1458 antes de Cristo). Esta reina fue un personaje excepcional en la historia de Egipto que reinó como hombre adoptando todos los títulos de faraón, e incluso luciendo barba postiza. Durante un tiempo fue corregente con el joven Tutmosis III y ambos fueron contemporáneos del noble Djehuty, cuya tumba se excava.
"El retrato es una pieza única, pues no sabemos de otro rey dibujado de esta manera, en perspectiva frontal, en la historia entera de Egipto, no tenemos paralelos para compararlo, así que tratamos de hacerlo con estatuas", recalcó Galán.
El investigador explicó que en el arte egipcio sólo se conocen dibujos de caras de personajes marginales o extranjeros: enemigos, divinidades extravagantes o algún retrato de cortesana. En la tablilla encontrada en los patios frente a la entrada de la tumba de Djehuty en la segunda campaña de excavaciones, el año pasado, el faraón aparece con el tocado nemes tradicional con la diadema de la cobra en la frente (uraeus).
El egiptólogo señaló dos teorías sobre el retrato que explicarían la sorprendente frontalidad: o se trataba del dibujo preparatorio de una estatua o el autor se saltó a la torera las normas del arte egipcio al tratarse sólo de un boceto para uso personal. "Mostró que era capaz de una virguería, aunque el canon no lo incluyera; a mí me parece el alarde técnico de un maestro y de su alumno". Atrevimiento semejante se observa en muchos ostraca, trozos de cerámica en que los artesanos egipcios realizaban esbozos o grafitos que presentan incluso escenas burlescas o abiertamente pornográficas y que nunca tenían traslación a las tumbas o los monumentos oficiales. La imagen del reverso, añadió Galán, también es transgresora, al menos para su momento: el faraón es mostrado en un contexto iconográfico que no aparecerá en el arte egipcio hasta el reinado de Ay, un siglo después. "Podríamos decir que en este caso estamos ante un ensayo de formas nuevas", reflexionó el egiptólogo.
La Tabla del Maestro, que apareció a pedazos (se han recuperado y juntado 14), ha sido elegida, como ya informó este diario, para su exhibición en las nuevas salas del Museo de Luxor, que reabrirá el mes próximo tras su ampliación. Está previsto mostrarla junto a una estatua de Tutmosis III.
Babelia
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