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Enfermos de cáncer crean una asociación para denunciar que la sanidad pública no ofrece masajes linfáticos

Oriol Güell

Cerca de 50 enfermos y familiares de linfodema han decidido crear la Asociación Madrileña de Afectados de Linfodema (AMAL, teléfono 620 266 649) para conseguir "los masajes linfáticos que necesitan los enfermos y que, en casi ningún caso, cubre la sanidad pública", según manifestó ayer uno de sus promotores, José Luis González Bermejo.

El linfodema es una enfermedad crónica, común entre los enfermos de cáncer que han sido intervenidos, que se caracteriza por la acumulación de líquido linfático en las piernas y brazos. Esta acumulación favorece las infecciones y causa grandes hinchazones en las extremidades, que impiden a quienes las sufren moverse con normalidad. Los masajes permiten extender el líquido linfático, la linfa, por el cuerpo, favoreciendo su absorción por el organismo.

En octubre de 2003, varios cientos de pacientes del hospital Gregorio Marañón denunciaron que este centro había dejado de prestarles estos servicios. Pero las quejas de los pacientes que necesitan estos masajes no se limitan a este hospital. "Los masajes son fundamentales para la calidad de vida y la salud de los enfermos, pero no son una urgencia médica. Por esto, los hospitales no les dan prioridad", explica González Bermejo. "El Gregorio Marañón, por ejemplo, los suspendió en octubre y luego, al salir en los periódicos, reforzó los masajes por la tarde. Pero ahora los han vuelto a quitar. Pero esto pasa en muchos otros hospitales públicos", añade.

AMAL denuncia que los enfermos se ven obligados a acudir a la medicina privada para recibir los masajes que no les ofrece la pública, con un coste de 30 a 60 euros por cada uno. Un enfermo de linfodema puede necesitar un masaje diario durante ciclos de dos meses, seguidos por uno de descanso. "Esperamos poder ayudar a los enfermos desde AMAL. Ya nos han llamado tres fisioterapeutas que se ofrecen voluntarios para dar masajes a un precio simbólico", explica un portavoz.

Carmen Sánchez Carazo, concejal del PSOE, pide a Sanidad que se haga cargo de los masajes linfáticos que necesitan los pacientes. "Es una necesidad médica para miles de personas que se ven muy perjudicadas en su vida diaria", explica Sánchez carazo.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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