Los 100 primeros días del tripartito
El Gobierno de la izquierda catalana plural consume, entre sobresaltos y a medio gas, su periodo de gracia
Los partidos de la izquierda catalana fueron padres, el 14 de diciembre de 2003, de un Gobierno que la realidad se empecinaba en negarles desde el restablecimiento de la democracia. Ahora, con 100 días de vida, que se cumplirán mañana martes, tampoco puede decirse que esa realidad haya sido generosa. El recién nacido ha tenido más de un susto. Un duro invierno político, con epicentro en el PP, y el pedrisco repartido por los medios de comunicación deudores del aznarismo (ahora, significativamente, después del 14-M en reconsideración) han hecho peligrar los primeros pasos del Gobierno. Pero eso parece haberlo vacunado.
Los acuerdos iniciales entre el PSC, Esquerra (ERC) e Iniciativa (ICV-EUiA) dibujaban un estilo de gobierno nuevo: se cerraban 23 años de certidumbres pujolistas y Cataluña se adentraba en una desconocida cultura de coalición. Acostumbrados a las certezas del pujolismo, los debates del tripartito desorientaban. En el teatro de la política, los primeros 100 días han sido más de gestos que de realidades, más de filosofía que de acción concreta de gobierno.
La Generalitat ha mostrado su disposición a paralizar el trasvase del Ebro
Los planes estrella del nuevo Ejecutivo se han centrado en barrios, economía y enseñanza
Los primeros pasos del tripartito fueron los de pautar la transparencia: comparecer ante el Parlamento catalán para explicar las políticas de los departamentos, intentar paralizar el trasvase del Ebro y encargar una auditoría para conocer el legado económico del pujolismo. Pistas que estuvieron acompañadas de gestos concretos como la reducción del 2% del gasto corriente de la Generalitat. Pero a la pesada losa de unos presupuestos insuficientes y prorrogados se han sumado los imprevistos que amenazan con arruinar la economía familiar: cada día se descubren más hipotecas en la vivienda cedida a regañadientes a las izquierdas por el pujolismo, de acuerdo con las fuentes del Gobierno de Maragall. Los 1.170 millones de euros en inversiones comprometidos hasta 2043 para la Ciudad Judicial han hecho duros los primeros pasos de este balbuciente tripartito que parece haber aterrizado con una inmensa carga financiera debajo del brazo. Con compromisos que afectan al 30% de la inversión en algunos departamentos, el Ejecutivo llevará al Parlamento de Cataluña sus presupuestos para 2004 en mayo. Justo entonces tendrá también ultimada la auditoría que radiografiará los números del legado Pujol.
No todos los problemas del tripartito han llegado de fuera. Ha habido infecciones endógenas que han amenazado de muerte al Gobierno. El primer episodio fue el nombramiento del director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV). Ahí se evidenció que la nueva situación nada tenía que ver con la discreción precedente, pues los gritos entre los tres socios eran perfectamente audibles en todo el vecindario. Joan Majó acabó dirigiendo la CCRTV después de un pulso que evidenció las diferencias. Luego llegó el episodio del nombramiento de los hermanos: 23 años de pujolismo hablando de los hijos de Pujol y cuando llega el turno de la izquierda los asuntos familiares no remiten. Nadie discutió en un principio el nombramiento de Manel Nadal o Ernest Maragall para cargos de confianza del Gobierno. Pero la designación de Apel.les Carod como secretario de Relaciones Interdepartamentales abrió la caja de los truenos. No obstante, lo peor para el tripartito estaba por llegar a raíz del viaje de Carod a Perpiñán, el 4 de enero, para entrevistarse con la cúpula de ETA. Los ataques al tripartito se redoblaron por parte del PP y la cuerda con el PSOE se tensó al máximo. Carod acabó saliendo de un Gobierno que apenas había comenzado a andar y que ya ha lanzado al ruedo, con distintos grados de concreción, sus proyectos estrella: inversiones en los barrios más degradados de Cataluña, el nuevo reparto de responsabilidades entre la escuela pública y la privada, el pacto de competitividad y el incremento de la plantilla de médicos en los centros de asistencia primaria. Además el Gobierno se ha comprometido activamente en la paralización del trasvase del Ebro, tal como han reiterado tanto Maragall como su consejero de Medio Ambiente, el ecosocialista Salvador Milà.
- Política territorial. La construcción del túnel de Bracons, en la carretera que tiene que unir Vic con Olot, se ha convertido en un punto de desencuentro entre los departamentos de Política Territorial y Medio Ambiente. En la medida en que ambos tienen titulares de diferente partido, también ha puesto de manifiesto las diversas sensibilidades medioambientales. Al final, Joaquim Nadal (PSC), titular de Política Territorial, impuso sus tesis sobre Salvador Milà (ICV-EUiA). El proyecto se ejecutará finalmente, pese al temor del impacto que el túnel, la carretera y el tráfico puedan tener sobre una zona relativamente preservada de la especulación y la agresión urbanística que se ha cebado sobre otras partes de Cataluña. Pero al margen de polémicas y en cumplimiento de uno de los objetivos más repetidos durante la campaña electoral, la primera ley aprobada por el Ejecutivo de izquierdas fue un plan de choque para rehabilitar y mejorar las condiciones de vida de los barrios y áreas urbanas más pobres de Cataluña. La inversión, de 600 millones de euros en cuatro años, afectará a las 40 zonas de Cataluña más problemáticas.
- Enseñanza. El Gobierno tripartito prometió en sus primeros días de andadura que uno de sus principales ejes de trabajo iba a ser la escuela pública. Y así ha sido, a pesar de que el Departamento de Enseñanza ha cambiado de titular -primero Josep Bargalló, ahora Marta Cid- a causa del caso Carod. En las primeras semanas, el ahora conseller en cap trabajó para poner en marcha el nuevo decreto de admisión de alumnos, que maneja una idea motor: las escuelas pública y concertada deben trabajar conjuntamente y asumir todos sus derechos y deberes, por lo que los centros privados que reciben conciertos no pueden seleccionar a sus alumnos y deben asumir su cuota de estudiantes de procedencia inmigrante, que durante el mandato de CiU se concentraban casi exclusivamente en la red pública. Además, el departamento ha advertido de que retirará los conciertos a los colegios que segreguen a sus alumnos por sexos y ha anunciado 1.600 nuevos profesores el próximo curso para paliar la masificación en las aulas.
- Economía. En el plano económico, el Ejecutivo catalán y los agentes sociales acordaron el pasado 17 de febrero las bases del Acuerdo estratégico para la internacionalización, la calidad del empleo y la competitividad de la economía catalana, que tendrá que concretar políticas para encauzar la economía en la actual dinámica de globalización. Mientras se desarrolla el acuerdo básico, los problemas más acuciantes se tratarán en las mesas sectoriales de la electrónica de consumo, textil y automóvil, marcadas por el desacuerdo entre las patronales. El consejero de economía, Antoni Castells, anunció también, el pasado 3 de febrero, una reforma del impuesto de Sucesiones y Donaciones, cuya recaudación gestionan las autonomías. El plan, sin fecha, consiste en elevar el mínimo exento para pagar este impuesto a una cuantía de entre 450.000 y 600.000 euros.
- Presidencia. Tras la salida de Carod del Gobierno, Maragall unificó los departamentos de Presidencia y la conselleria en cap, bajo la batuta de Josep Bargalló, que ha impuesto una política de contención del gasto y de transparencia. Presidencia, como otros departamentos, también ha heredado hipoteca. Su antecesor, Artur Mas, comprometió el 35% del presupuesto para 2004.
- Relaciones Institucionales y Participación. El reparto de poderes del tripartito se materializó con la creación de este departamento, que tiene un marcado carácter político y que ocupa el líder ecosocialista, Joan Saura. La reforma del Estatut se presenta como su máximo objetivo. Ya ha fijado fechas para su redacción.Y el Parlamento cataán ha reunido la ponencia a la que en breve se sumará el PP.
- Gobernación. La medida central de Joan Carretero ha sido la aprobación del decreto que permite tramitar todos los impuestos de la Generalitat vía Internet. El departamento ha creado, asimismo, la Comisión de Organización Territorial para preparar la ley que permitirá dividir el territorio catalán en regiones.
- Interior. El anuncio de emprender una cruzada legislativa contra los ciudadanos que conducen después de haber ingerido alcohol ha sido lo más destacado del Departamento de Interior. La contundencia anunciada fue tal que la consejera Montserrat Tura propuso incluso una tasa cero de alcoholemia. Tura también generó polvareda por otras declaraciones en las que defendía que las sanciones de tráfico variasen en función de la renta del infractor. En ambos casos se trata de buenas intenciones, pero lo que sí será visible es la presencia de los Mossos d'Esquadra en Barcelona, coincidiendo con la celebración del Fórum.
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