Excavaciones inteligentes
Profesores de Arqueología gestionan la firma onubense
La empresa Ánfora Gestión Integral del Patrimonio, SL, nació de la mano de un grupo de profesores de Arqueología de la Universidad de Huelva que decidieron, coincidiendo con un momento de escasos recursos para la investigación académica, dar el paso hacia el autoempleo y montar su propia empresa en el ámbito privado. La firma onubense cuenta en la actualidad con una plantilla de 10 arqueólogos, la mayoría menores de 30 años y en un 65% está integrada por mujeres.
La empresa se constituyó formalmente en 2000 con escasos recursos y partiendo de un grupo de arqueólogos, entre los que figuran Diego González y Olga Guerrero, más un economista, Sergio Guerrero, que se suma al proyecto más tarde para hacerse cargo de la contabilidad. En ese año reciben su primer encargo: el seguimiento del dragado del Puerto de Huelva: "Éramos profesionales que llevábamos varios años trabajando en proyectos dirigidos por la Universidad de Huelva. Cuando nos llegó el primer proyecto nos echamos para adelante enseguida", afirma Sergio Guerrero.
Ánfora participó en una intervención subacuática para rescatar galeones hundidos en Bermudas
Actuaciones de urgencia
La empresa desarrolló proyectos durante 2001 de lo que denominan arqueología de urgencia, los trabajos previos a la construcción de un edificio para comprobar si existen restos arqueológicos. "Ese año fue interesante porque empiezas a tantear el mercado. Aprendes a trabajar con empresas privadas, vas creando una red de contactos y reinviertes. Cobrábamos un sueldo ridículo, casi de subsistencia, pero nos sirvió para mantenernos, invertir e ir escalando posiciones", recuerda Guerrero.
La eficacia, la seriedad y los precios módicos situaron en menos de un año a Ánfora como la entidad de referencia en Huelva en el mercado de la gestión del patrimonio. A partir de entonces surgió el verdadero lanzamiento de la empresa. A su cartera llegaron clientes de peso, entre los que figuran grandes constructoras nacionales y regionales, como ACS, ACSA, Dragados, Geocisa, Rafael Morales y Rodhe, entre otros.
Los proyectos cobraron relevancia, de la arqueología de urgencia pasaron a introducir nuevos servicios como la arqueología subacuática o prospecciones superficiales, geofísicas y geomagnéticas. Todo ello les ha permitido realizar intervenciones de mayor calado, como la actuación arqueológica en el Castillo de Palos de la Frontera y el control en el proyecto de restablecimiento de calados en el Muelle de Levante del Puerto de Huelva. Además han participado en proyectos internacionales, como la intervención subacuática en el triángulo de las Bermudas. La firma onubense contribuyó al rescate de galeones hundidos para trasladarlos al museo marítimo de las Bermudas.
La clave del éxito de la empresa la resume Sergio Guerrero en dos palabras: "Eficacia y seriedad". "Nosotros nos encargamos de todo frente a otras empresas de este ámbito que son más sectarias. Nuestro equipo reúne en una misma entidad a todos los profesionales que las empresas demandan. Así se evita al empresario tener que diversificar la búsqueda", explicó. Para lograr ese objetivo, la empresa recurre a contrataciones puntuales, ya sea de empresas o de trabajadores particulares para desarrollar los proyectos, además del personal en plantilla.
Proyectos internacionales
La empresa onubense tiene previsto participar en los próximos meses en un proyecto internacional en Arabia Saudí, en una colaboración con el Instituto Arqueológico Alemán. El trabajo consistirá en la realización de una serie de planimetrías y de topografías en unos yacimientos enterrados, a fin de comprobar si existen restos arqueológicos y analizar la viabilidad de una futura excavación en la zona.
Sergio Herrero destaca la filosofía de trabajo de Ánfora: "Contamos con arqueólogos acostumbrados a colaborar con la Universidad, que tienen una buena formación. Pero a eso hay que añadir el servicio a la empresa que te contrata. No vale hacer el trabajo en tres meses, como acostumbran los arqueólogos. Hay que trabajar bien, que el patrimonio esté a salvo, pero hacerlo lo más rápido posible". Y añade: "La gente que nos contrata una vez, repite. El constructor sabe que no se la juega, porque lo que más le interesa al contratista son los plazos". "Nosotros decimos que somos la empresa más cara. Desde un principio tuvimos que posicionarnos en el mercado para que se nos conociera por algo, Ánfora la más cara pero la mejor. Cuando se pregunta por Ánfora, todo el mundo habla bien", asegura el economista de la empresa.
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