Llamazares escapa a la censura en IU, pero con un 35% de oposición
Tenso debate sobre las vías para recuperar los apoyos de la federación
El Consejo Político Federal de IU recuperó ayer la tradición perdida. Primero, porque 90 de los 120 dirigentes que acudieron pidieron la palabra. Pero también por el eje del debate: los que apuestan por ser más "rojos" con el referente del PCE, o viajar hacia la izquierda de la izquierda, y los que están con la dirección y quieren abrir nuevos espacios hacia el "ecopacifismo". Gaspar Llamazares recibió críticas, puso su cargo a disposición y no se lo aceptaron, pero el 35% no le apoyó, entre ellos Francisco Frutos, secretario general del PCE.
"Mi corazón me lleva a poner mi cargo a disposición. Porque he fracasado, hemos retrocedido y hemos perdido el escaño de Asturias, mi tierra. Pero mi cabeza me dice que no es culpa de esta dirección. Y por eso, por mi cabeza no pasa la dimisión. Me siento obligado a dirigir la recuperación de IU". Con estas palabras, Llamazares trató de convencer a los 120 dirigentes para que apoyaran su análisis político: IU tiene una crisis electoral, debida al "vendaval moral" tras los atentados, dice, pero no una crisis política.
Hay que seguir por tanto, insiste, en la línea emprendida: cambios a fondo, apertura a los movimientos sociales, alejamiento del esquema tradicional del partido hegemónico, el PCE (aunque esto sólo se dice entre líneas), y vuelco hacia el espacio "rojiverde", un proceso similar al que ha seguido Iniciativa per Catalunya.
Llamazares sólo logró convencer a medias al Consejo Político. Por el camino se le quedaron un 35% de los votos. Compuesto por los que votaron en contra, representantes de los sectores críticos que ya se opusieron a Llamazares en la asamblea de diciembre. Pero también por los que se abstuvieron, siguiendo la estela de Francisco Frutos, secretario general del PCE. Trece personas le obedecieron. El 10,8% de los presentes. Una limitada representación para el líder de un partido al que pertenece más del 50% de la dirección.
La gravedad de la situación política se reflejó en las afirmaciones de Llamazares: "IU existe y actúa. Eso no está en cuestión. Tenemos futuro". Nadie lo planteó, pero en el aire se respiraba un ambiente que le obligó a dejarlo claro.
El debate de fondo es el mismo de siempre, pero con diferentes actores. Algunos, como Rosa Aguilar, hablan abiertamente de alejarse del PCE. Otros, como Llamazares y buena parte de los coordinadores generales de las federaciones, sostienen que nunca se ha logrado "incorporar al código genético de IU el ecosocialismo y el pacifismo". Sobre todo porque las interminables peleas internas se lo han impedido. Y otros muchos piden un giro hacia la izquierda de IU, la dimisión de Llamazares y una Asamblea extraordinaria. "No hay izquierda a nuestra izquierda", les contestó el coordinador general.
Sólo hay una idea en la que parecen estar todos de acuerdo, de una u otra manera: IU tiene mucho más espacio cuando el PSOE está en el Gobierno. Porque entonces sí puede diferenciarse, así que ahora hay posibilidades.
Frutos fue muy duro. Después de dimitir de sus cargos en IU, el pasado lunes, porque se considera ninguneado, ya no disimula su enfrentamiento con Llamazares, a quien apoyó hace sólo tres meses. Dijo que IU "falla estrepitosamente" porque los votantes no la consideran un instrumento útil. "No se puede llegar a los ciudadanos a través de una rueda de prensa. Esto es un error irreparable. Hay que contar con gente que trabaje día a día en el entorno de los movimientos sociales", señaló en una crítica directa a Llamazares. La crisis del PCE quedó en evidencia de nuevo, ya que Felipe Alcaraz, candidato in péctore a la sucesión de Frutos, se fue con Llamazares. Y con él los que le siguen. Se reproduce la situación de la Asamblea de diciembre: Llamazares cuenta con un sólido respaldo para seguir, pero la oposición conserva aún fuerza para entorpecer los cambios que propone, sobre todo, el del nombre para incorporar la palabra "verde". Mientras tanto, se han escapado 100.000 votos y cinco diputados.
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