Blair y Gaddafi, unidos contra Al Qaeda
Primera visita a Trípoli de un dirigente británico desde la II Guerra Mundial
Fueron sólo unas horas, pero un momento histórico. Tony Blair realizó ayer la primera visita a Libia de un primer ministro británico desde que viajara Winston Churchill en 1943, en plena II Guerra Mundial. Tras entrevistarse con el coronel Muammar el Gaddafi a las afueras de Trípoli, Blair subrayó la voluntad de éste de "hacer causa común con nosotros contra Al Qaeda, los extremistas y el terrorismo". La visita es consecuencia del proceso de desarme pactado en diciembre por Libia con Estados Unidos y el Reino Unido.
Blair fue recibido en el aeropuerto de Trípoli por el primer ministro libio, Shukri Ghanim, y el ministro de Exteriores, Abderramán Shalqam. Se dirigió después en coche a la jaima (tienda beduina) donde le esperaba Gaddafi, a las afueras de la capital. El líder libio, que vestía un traje local, se dirigió a Blair en inglés ante las cámaras de televisión que captaban el apretón de manos. "Parece usted cansado", le dijo el líder libio aludiendo a la intensa actividad diplomática del primer ministro británico, para corregirse enseguida y lanzarle un piropo: "Tiene buen aspecto; aún está joven". Tras los saludos públicos, el coronel libio y el primer ministro compartieron un cuscús.
Blair, que compareció solo ante los medios de comunicación, reconoció que tenía "una sensación extraña por haber venido aquí después de todo lo que ha pasado, y por supuesto soy consciente del dolor que ha padecido mucha gente como consecuencia de las acciones terroristas del pasado". "Pero el mundo está cambiando y tenemos que hacer todo lo posible para atajar la amenaza que afrontamos".
Libia, que en los ochenta y los noventa pasaba por ser uno de los principales apoyos del terrorismo internacional, quiere ahora colaborar en la lucha contra esa amenaza. En 1999 reconoció su responsabilidad en el atentado contra un Boeing 747 de PanAm sobre Lockerbie (Escocia), en 1988, que provocó la muerte de 270 personas. En agosto aceptó indemnizar a los familiares de los afectados y en diciembre acordó desmantelar sus arsenales de armas de destrucción masiva. Libia y el Reino Unido habían roto relaciones en 1984, después de que una policía británica muriera de un disparo realizado desde la Embajada libia en Londres durante una manifestación de opositores. Las reanudaron en 1999, pero los Gobiernos no tuvieron contactos hasta 2002.
La reconciliación no ha sido sólo protocolaria. Blair anunció una compacta serie de acuerdos políticos, militares, económicos y culturales. La colaboración antiterrorista se verá recompensada con la formación de militares libios en la prestigiosa academia de Sandhurst y Londres presionará a Washington para que levante las sanciones económicas que aún pesan sobre el régimen de coronel Gaddafi.
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