Vidas rotas / 14
Divertirse, cultivarse, bailar, la naturaleza y las bicicletas: cinco pasiones, cinco personas menos
La rumana Livia fue la última de su familia en emigrar, después de sus padres y hermanos. Pero fue la que mejor se amoldó a España. "No quería volver nunca a Rumania". Todo lo contrario que su compatriota Csaba, que ahorraba para regresar con su novia, Elena, a su país y comprar en Ludus una casa con jardín. Cultivar el cuerpo con el deporte y la mente en las aulas eran las aficiones de Juan Muñoz, que se apuntaba a cualquier cursillo y que era forofo del Atleti. "Por llevarme la contraria", ironiza su padre, madridista. Pocas veces debía contrariar la limeña Jackeline Contreras a los niños a los que cuidaba. Tenía dotes para tratarlos. Y para el baile, su otra pasión. Como con pasión habla Rafael Serrano Manjón de su padre, Rafael Serrano López: "Era tozudo, alegre, noble, amigo de sus amigos. En fin, era mi padre".
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