Eduardo Mignogna lleva a Norma Aleandro al límite de la aventura de la vida
La protagonista de 'Cleopatra' viaja por Argentina para elegir una nueva forma de existencia
Eduardo Mignogna escribió un monólogo para Norma Aleandro y fue ése el origen de Cleopatra, una película que, según su creador, habla del dilema entre vivir como uno quiere o como debe vivir. El cineasta argentino, ganador de tres goyas, vuelve a coincidir con la actriz argentina, después de Sol de otoño, con esta película que se estrena hoy en España.
Fue Norma Aleandro quien buscó a Mignogna, vecinos de barrio en Buenos Aires, para volver a trabajar con él, tras el fantástico recuerdo que ambos tienen de Sol de
otoño, película con la que la actriz consiguió la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián en 1996 y que protagonizó junto a Federico Luppi.
La protagonista de esta coproducción hispanoargentina se enfrenta en el filme al dilema entre lo que hace en su vida, por las circunstancias en las que se ve envuelta, y lo que debería haber hecho para ser feliz. Cleopatra es una mujer madura, maestra jubilada que ha vivido siempre haciendo lo que debe. Está casada con un hombre en paro, dedicado a ver la televisión y a beber, y un buen día, desencantada de lo que está haciendo, decide lanzarse a la aventura, romper con la vida que estaba llevando hasta ese momento e irse de viaje con una joven estrella de la televisión (Natalia Oreiro) a quien acaba de conocer.
"He querido que el viaje interior de la protagonista coincidiera con el viaje por el interior de Argentina. Es un paisaje llano, sin límites y sin salida y el viaje íntimo de Cleopatra es también un viaje sin límites ni salida", apunta el cineasta. Mignogna prefirió por ello que este viaje no fuera al mar, sino a la montaña. "El mar estaba demasiado cerca de Buenos Aires y por ello tuve que elegir un lugar al que es difícil llegar y del que es difícil regresar. Es un lugar cargado de aparatosidad, que deja entrever un mundo misterioso y lleno de aventuras".
Cleopatra y la joven estrella de culebrones televisivos se suben en un vehículo e inician un viaje en coche, similar al que realizan las protagonistas de Thelma y Louise. Eduardo Mignogna asegura que el parecido entre ambas películas es muy pequeño, "se trata de una road movie, pero no tiene nada que ver con la película americana, ya que en ésta el viaje es de una sola mujer, no de dos. La aventura de Cleopatra, las causas que le motivan para seguir alejándose de su casa están sólo en ella. Ella es la que en el fondo desea que su vida se transforme. Es como si pidiese una segunda oportunidad".
Los hombres de Cleopatra, Héctor Alterio y Leonardo Sbaraglia, se encuentran en un segundo plano. "Les pedí que me acompañaran en la película y lo hicieron. El gran proyecto que reúna a estos dos grandes actores como protagonistas está por llegar, no sé cuándo será pero seguro que surgirá en algún momento. El personaje de Héctor Alterio fue un hueso enorme, porque al ser un tipo en paro, una víctima social del sistema, como hay muchos así en Argentina después de la grave crisis económica que hemos padecido, tuve que darle una cuota de salvajismo, de hostilidad, para comprender por qué esta mujer lo abandona", indica el director de Cleopatra.
Mignogna vuelve con Cleopatra a abordar un nuevo personaje femenino. "Será que las entiendo tan poco a las mujeres que una manera de explorar e investigar sobre ellas es a través del cine". Y al igual que hizo en Sol de
otoño, elige a una protagonista madura para desarrollar su película. "No le tengo desconfianza a ese mundo de mayores al que me voy acercando, ellos tienen la misma ternura y la misma capacidad de amar que los jóvenes", apunta el realizador.
Cleopatra no es una una crónica de la sociedad argentina, según el director, pero sí aparecen en ella inevitables destellos de esta realidad. "Resulta inevitable, pero yo no salgo a la calle a buscar ese marco para encontrar ahí situaciones cinematográficas".
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