Otro accidente infantil

Ha muerto un niño más al caérsele una portería de fútbol en la cabeza. No es nada nuevo. Hace un año murió otro niño en Toledo, y si miramos las hemerotecas vemos que es un accidente muy común.

Soy profesor desde hace muchos años y por experiencia sé que la seguridad en las escuelas está muy lejos de cumplir las mínimas normas que serían deseables para evitar estos accidentes A lo largo de mi vida profesional he trabajado en muchas escuelas e institutos y los fallos en seguridad que encuentro en cada centro son notables. En más de una ocasión he manifestado problemas concretos al director que habitualmente no se han resuelto, frecuentemente aduciendo problemas burocráticos, como la intervención o la competencia del Ayuntamiento y no del colegio, o bien falta de recursos económicos.

No he encontrado un centro con plan de evacuación de incendios. Suelen tener una puerta sola o bien está cerrada la de evacuación. He visto porterías rotas, mesas de ping-pong en zona de paso de párvulos, rosales cortantes en la mitad del campo de juego, alambres cruzando el paso, ventanas sin protección ante un balonazo que pueden degollar a un niño, alumnos colgados de un tercer piso, barras de hierro en el cemento del patio, etc. Por otra parte, he sido testigo de una lesión cervical, de un incendio y conocido a una profesora que vio el niño muerto de Toledo.

Es un problema serio, pero nadie se lo toma como tal. Hace 25 años trabajé en la Escuela Americana de Madrid y la seguridad era lo principal, había tres simulacros anuales de incendio, los autobuses dejaban a los alumnos en una zona determinada, había salida de incendios y extintores.

Los accidentes fuera del ámbito doméstico en los niños de más de 6 años son una de las causas de muerte más importantes. Colegios, polideportivos, parques... tienen que estar bajo un control que impongan las normas de seguridad ya preestablecidas, existentes y demasiado frecuentemente no aplicadas.No hay más accidentes, por suerte. Los accidentes se pueden evitar; no todos, pero sí aquellos que son debidos a instalaciones incorrectas y que no cumplen las normas.

Creo que hay una falta de responsabilidad de las administraciones. No basta con la definición de quién tiene la competencia, hay que hacer un ejercicio de responsabilidad. Si al responsable de no haber subsanado la portería rota le pusieran una multa millonaria, como ocurre en Estados Unidos, penas de cárcel e inabilitación para cargo público las cosas serían distintas. Pero lo triste es que en muchos aspectos no estamos aún en Europa y no se pagan las imprudencias, o mejor dicho, sí se pagan: las familias de los fallecidos y accidentados.