Ante un nuevo Gobierno

El Gobierno anterior se empeñó en tratar de elevar el listón de mayoría de población para poder participar en el bloqueo de decisiones adoptadas con el respaldo del 51% de los Gobiernos y el 60% de la población. Como español, me avergüenza constatar que los representantes de mi país, en lugar de propiciar la capacidad de decisión de los más, hayan pretendido aumentar la capacidad de bloqueo de los menos para entrar en su círculo, como cola de león. ¿No advirtieron que, si sube la mayoría al 75%, ya no serían necesarios tres países, sino que sólo dos podrían bloquear cualquier acuerdo?

Me avergüenza que se hayan quedado solos con Polonia frente a los 13 países restantes. ¿Creían, quizá, que los países pequeños apoyarían una mayor disminución de su capacidad de decisión?

Me avergüenza, finalmente, que su obstinación haya bloqueado la Constitución y frenado el proceso de crecimiento de la Europa política.

Me enorgullecería, en cambio, que el nuevo Gobierno hiciera la propuesta más democrática y difícil de rechazar: mayoría del 51% de Gobiernos y población.- Joaquín Fernández. Barcelona.

Una súplica -¿o debería ser una exigencia?- a las administraciones saliente y entrante: en el cambio de Gobierno, que no se frene la investigación científica y técnica. Sería lamentable que, una vez más, los cambios ministeriales acarreasen demoras e ineficacias como las que tuvimos a raíz de crearse el actual Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Hay actuaciones y trámites en curso que no hay por qué paralizar o anular. De los que yo conozco, por ejemplo, están pendientes de adjudicarse las becas predoctorales asociadas a los proyectos del Plan Nacional de I+D comenzados a finales de 2003, para las cuales (solicitadas en noviembre) los responsables de proyecto dimos el requerido dictamen de evaluación hace más de un mes; no hemos visto aún publicada la Acción Estratégica en Nanotecnología cuya aparición en el BOE nos había sido anunciada para la segunda mitad de febrero; están en proceso de evaluación los proyectos de la última convocatoria de dicho Plan Nacional; hay elaborada, y presentada al Gobierno saliente, una propuesta de ley para reformar el CSIC de modo que tenga mayor agilidad y eficacia. Hay, seguramente, otras iniciativas en marcha en este ámbito que esperan ser llevadas a buen término.

Ya que todos los partidos dicen considerar como cuestión de Estado el desarrollo científico y tecnológico, ¿es mucho pedir a PSOE y PP que acuerden que, sin tener que esperar a que tome posesión el nuevo Gobierno, se agilicen todos los procesos citados, o, al menos, los que son más de trámite, como por ejemplo el de las becas?- José Carlos Conesa, investigador del CSIC.

A cumplir lo prometido... ¡en la Universidad! En varias ocasiones durante los últimos años, el futuro presidente de Gobierno de España prometió que va a revocar la LOU, una ley injusta y absurda que envicia la carrera docente y la vida académica en general.

Hay que recordarlo ahora porque después de las elecciones el tema parece haber desaparecido del debate sobre las próximas reformas educativas. De una vez por todas, debe tomarse en serio el problema del profesorado contratado en la Universidad española. Decenas de miles de estos profesores contratados, que antes habían sido considerados perfectamente preparados para ejercer su labor en la Universidad, han visto cómo la LOU desprestigia su experiencia, sus méritos y su carrera. Estos profesores, que constituyen desde hace décadas más de la mitad de los docentes e investigadores de la Universidad española, y que tienen una excelente formación académica, se venobligados a pasar por una evaluación injusta y arbitraria, mediante una institución altamente politizada, opaca y burocrática como la ANECA, el último ejemplo de la evaluitis de la que adolece nuestra Universidad. Sin una evaluación positiva, estos profesores en cuyas manos está la mayor parte de la docencia y la investigación, se verán en la calle.

Y no olvidemos que llevan muchos años en una precaria situación laboral, con contratos de uno o dos años (que se prorrogaban por decreto y sin derecho a una contratación permanente) y unos sueldos indignos, e incomparables con los que cobran los profesores funcionarios (por el mismo trabajo, seamos sinceros) o cualquier profesor de instituto.

Es justo que la sociedad exija una formación continua y control en la enseñanza superior, pero no es justo exigir todo esto sólo al profesorado contratado, ni es justo amenazarlo (como hace la LOU) con el despido, ni es justo obstaculizar y entorpecer la carrera docente. Y tampoco es justo que los profesores contratados, explotados durante años por la Universidad pública, carguen individual y colectivamente con la culpa de los males de esta institución.

Lo justo sería convertir en fijos, es decir en profesores contratados doctores (si se aplicase la LOU), a todos aquellos profesores doctores que llevan más de tres años ejerciendo en la Universidad (y lo mejor sería revocar la LOU directamente).

Si hay endogamia, hay que evaluar y controlar a los departamentos, no a los profesores, ni por supuesto a los más débiles del sistema. Y si hay que exigir, hay que hacerlo a todos, también a los funcionarios. No es, por supuesto, lo único que hay que hacer, pero es de lo más importante.- Dr. Hans Christian Hagedorn, Universidad de Castilla-La Mancha.