"Introduciremos un aire nuevo y un estilo propio"

Un cambio en las formas y en los contenidos de la UPV. Este es el eje central del programa que propugna el catedrático de Sociología y anterior viceconsejero de Universidades, Ander Gurrutxaga (Barakaldo, 1954). "Queremos dar un aire nuevo a la gestión y a la organización de la universidad pública. Promoveremos un estilo y una imagen propias".

Con este fin, Gurrutxaga plantea diversas medidas que van desde el refuerzo en la investigación para que ésta dé el "salto definitivo" al impulso de la renovación de las plantillas docentes y de la gestión de la docencia en los departamentos, pasando también por la solución de la financiación de la UPV. Para ello, Gurrutxaga propone el establecimiento de lo que él llama un "contrato de confianza mutua" entre la universidad pública y las instituciones públicas y privadas. "A través de este documento se establecería un acuerdo de lealtad común con los organismos públicos. Con los privados estableceremos convenios y potenciaremos el papel de la UPV como tractor del desarrollo social y socioeconómico de nuestro entorno", explica.

Ander Gurrutxaga reclama una estructura de financiación "suficiente" para que la UPV "pueda jugar un papel relevante en la sociedad" e insiste en llevar a cabo una profunda remodelación de lo que considera como "las dos columnas vertebrales" de la universidad: la docencia y la investigación. "En el caso de los profesores, es necesario acentuar la adaptación que requiere la Declaración de Bolonia y crear nuevas metodologías del aprendizaje. En cuanto a la investigación, un espacio privilegiado dentro de la propia universidad, se debe dar el salto del salto con más personal técnico de apoyo para los investigadores, la flexibilización de las relaciones con la investigación externa y una mayor incorporación en los centros tecnológicos", detalla.

Gurrutxaga cree que, más que programas, las diferencias entre los candidatos se hallan en sus equipos. Y en cuanto al suyo, no oculta su satisfacción. "Creo que hemos demostrado nuestra validez a lo largo de la campaña, hemos plasmado un estilo dialogante y con miras hacia el futuro". Esta es la fórmula, a su juicio, para desterrar de la UPV dos de sus principales rémoras, una cierta intolerancia y la rigidez de sus estructuras. "Tenemos que ser más amables entre unos y otros y afrontar los problemas con naturalidad y buen humor. Y debemos crear una universidad más ágil, más flexible ante los desafíos que nos llegan".