Repercusiones internacionales del 11-M / 1
El senador Kerry está en lo cierto, los atentados de Madrid no pueden ser razones para que las tropas españolas abandonen Irak. No lo son. Los atentados de Madrid son una vesánica consecuencia, una más y, por desgracia, seguramente no la última, de una política que ha violado la legalidad internacional y que se ha demostrado equivocada.
De las supuestas razones que han impulsado al desastre de esta guerra, unas eran falsas y las otras se han revelado erróneas y peligrosas. El mundo no es un lugar más seguro de lo que era antes de la guerra.
No lo es en Irak, ni como hemos comprobado en Madrid, tampoco fuera de Irak.
Al honrado senador Kerry, como a nuestro próximo presidente Rodríguez Zapatero, como a los iraquíes, como a la ONU y a las gentes pacíficas de este mundo, nos quedan los cristales rotos y ensangrentados de esta guerra.
Ante los atentados de Madrid, por todo eso, como ante toda la anterior cadena de desastres, lo primero que se impone a la razón es la rectificación de esa política mendaz y estúpida. Eso es lo que se ha comprendido bien en España. Y por esa rectificación es por la que hemos votado los españoles. Recuperemos entre todos la legalidad internacional y ayudemos, con un Gobierno democrático de Irak, con la colaboración de los países vecinos y bajo el mandato de la ONU, a la reconstrucción del país, a la garantía de su seguridad y a la recomposición política de la zona.
Desde un mundo más pacífico y más justo, será más fácil combatir entre todos el terrorismo. Quizá estamos aún a tiempo de frenar esta barbarie.
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