El Patronato de la Fundación Oteiza encarga una auditoría de cuentas y polemiza sobre la existencia de obra falsificada

El Patronato de la Fundación-Museo Jorge Oteiza ha encargado a una consultora externa una auditoría sobre la gestión económica de la institución correspondiente al año 2003, ante la existencia de un déficit de 600.000 euros que ha reducido drásticamente la previsión presupuestaria para las actividades del presente ejercicio.

El patronato no se reunía desde el pasado mes de octubre. El debate sobre los ocho puntos del orden del día puso de manifiesto que la división interna permanece inalterable y sólo el uso del voto de calidad por parte de su presidente, Juan Huarte, posibilita la aprobación de algunas resoluciones en contra del parecer de los cuatro patronos del llamado sector crítico. No obstante, en la sesión celebrada ayer hubo unanimidad en un asunto: dejar pendientes de aprobación las cuentas y la memoria de actividades de 2003, primer año de funcionamiento de la casa-museo de Alzuza, así como el presupuesto y proyecto de actividades para 2004.

El fuerte déficit arrastrado por la Fundación-Museo en su primer año de existencia ha reducido de un millón de euros a apenas 400.000 la cuantía disponible para acometer el programa de 2004. Ello ha llevado a solicitar una auditoría sobre los gastos del complejo cultural que dirige Alberto Rosales. El sector crítico reiteró ayer que Rosales ha demostrado una "ineptitud absoluta" en su gestión y añadieron que "no existe dirección artística de ningún tipo" en el complejo de Alzuza.

Falsificación

Los patronos Xabier Morrás, Jaione Apalategi, Juan Antonio Urbeltz y José Ángel Irigaray pidieron también la dimisión del presidente del patronato, Juan Huarte, y del patrono Juan Ramón Corpas, consejero de Cultura del Gobierno de Navarra. Los críticos consideraron "muy graves" las manifestaciones de Corpas en una comparecencia parlamentaria en la que reconoció "deficiencias" en la justificación de gastos y en la seguridad del recinto y dio a conocer el envío a la fundición Sarem de Anglet (Francia) de un requerimiento notarial, a petición de la galería Marlborough, en el que se solicita que no atender ninguna reproducción de esculturas de Oteiza solicitada por Carlos Catalán, albacea artístico del escultor. Según Corpas, el requerimiento se produjo tras detectar la galería estadounidense "irregularidades en obras reproducidas" y la exposición "ilícita" de esculturas en una muestra en Girona en 2003. Los críticos tacharon de "calumnias infundadas" las palabras de Corpas sobre falsificaciones, aunque reconocieron que se han podido dar procesos de reproducción no convenientemente controlados.