43 sociedades científicas se unen para presionar en favor de la investigación
La Cosce se propone que la ciencia sea un "elemento esencial" de la nueva economía
El primer grupo de presión español genuinamente científico y con voluntad de influir en las decisiones económicas, políticas y sociales tiene nombre y estructura. La Confederación de Sociedades Científicas Españolas (Cosce) cuenta desde el lunes con su primer presidente electo y unos objetivos claros: conseguir que la educación científica y la promoción de la investigación lleguen a ser "elementos esenciales" de la nueva economía. La Cosce agrupa a 43 sociedades científicas adheridas que representan a cerca de 20.000 investigadores españoles.
"La situación actual ha llegado a un límite insostenible", exclama Joan Guinovart, primer presidente de la Cosce. La estructura económica española, "basada en los servicios y en la construcción, y en la que se observan fenómenos de deslocalización empresarial", puede poner en peligro el bienestar social y económico adquirido en los últimos años. La única forma de evitarlo, asegura, es "apostar por la ciencia como fuente de bienestar". La organización nace con clara vocación de lobby.
Con este planteamiento se dio por zanjado el lunes, con la elección de su junta directiva, el largo y en ocasiones tortuoso proceso constituyente que ha llevado al nacimiento de la que, hasta la fecha, es la mayor y más potente agrupación de científicos existente en España.
La nueva organización, que aspira a ejercer un papel de liderazgo, es la respuesta a años de intentos saldados con escaso éxito para agrupar a la comunidad científica española y, sobre todo, "para dar una respuesta adecuada" a los responsables de la "ineficaz política científica" que ha venido desarrollándose a lo largo del último decenio.
En opinión de Guinovart, director del Institut de Recerca Biomédica de Barcelona (IRBB) y uno de los firmantes de la petición de Pacto de Estado para la Ciencia lanzado por 11 prestigiosos investigadores del ámbito biomédico el pasado mes de febrero, la ciencia española cuenta con el suficiente talento y capacidad para dar el salto de calidad que la acerque a los países más desarrollados. Pero difícilmente puede lograrse de un día para otro.
"Los gobernantes del signo que sean", plantea, "deben decidir si apuestan o no por la ciencia y sus potenciales beneficios". La apuesta, aclara, pasa por un mayor y más decidido apoyo a la investigación y por el replanteamiento de la educación y la enseñanza de materias científicas en secundaria. "Países como Corea del Sur y Singapur invirtieron en educación hace 20 años y hoy se han convertido en símbolos de las economías emergentes".
Entre los objetivos que se plantea la Cosce, cuya primera iniciativa va a ser plantear a sus asociados la adhesión a la petición de Pacto de Estado para la Ciencia, destacan definir medidas que favorezcan el valor de la educación como medio para "adquirir las bases" para que España juegue un papel importante en la economía basada en el conocimiento, y constituirse como grupo de opinión para mejorar la proyección de la ciencia en la sociedad.
Asimismo, destaca Guinovart, la Cosce pretende contribuir al debate para que España disponga de "los recursos que necesita para desarrollar una ciencia de calidad" y para que éstos se gestionen adecuadamente. En esta línea, reclama que el Ejecutivo central y los Gobiernos autonómicos asuman como propios los compromisos de Lisboa y Barcelona para que España se incorpore a la sociedad del conocimiento y acerque su inversión en I+D a la media propuesta del 3% del PIB en 2010.
"Otros países como Finlandia o Suecia invierten cuatro veces más que nosotros; para alcanzarlos deberíamos ser cuatro veces más inteligentes o trabajar cuatro veces más", señala Guinovart. Ninguna de las dos opciones le parece razonable.
Proceso abierto
Las 43 sociedades científicas que forman la Cosce, cuyo proceso constituyente en cuanto a nuevos asociados se mantiene todavía abierto, se agrupan en cinco grandes áreas de interés: artes, humanidades y ciencias sociales; matemáticas, física, tecnologías físicas, química y tecnologías químicas; ciencias de la vida y de la salud; ciencias de la Tierra, agricultura y medio ambiente; y ciencias y tecnologías de los materiales y de la información y la comunicación.
Entre las ya incorporadas destacan todas las "grandes", como las de química, bioquímica y biología molecular, historia natural, matemáticas o astronomía. El objetivo es incorporar en los próximos meses nuevas sociedades científicas hasta agrupar a 40.000 investigadores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.