"Hay un gran desconocimiento sobre lo que es el arte contemporáneo"
Susana Talayero (Bilbao, 1961) se licenció en Bellas Artes en la UPV y después viajó a Roma, donde vivió y trabajó diez años. Regresó a Bilbao en 1995. Pintora personal y experimental,
crea formas que parecen flores, cabezas u órganos, según quien los mire. Su obra está presente en museos italianos, así como en el Artium. Investigadora incansable de materiales y formas, sus últimos trabajos indagan en las posibilidades de la cera.
Pregunta. ¿Cómo es su incursión en la cera?
Respuesta. Trabajo la cera a nivel muy plano, como si fuera cualquier pintura. Quizá en el futuro llegue a hacerlo a un nivel más matérico, pero hoy por hoy no es así. De todas formas, estoy empezando con la cera y aún no sé por qué caminos me llevará. Con esta técnica acabo de nacer.
"La enseñanza a través del arte es un vehículo fundamental que habría que potenciar"
P. ¿En qué consiste?
R. Se llama pintura encáustica y consiste en la cera virgen de abeja, depurada en este caso, mezclada con un barniz natural y luego con pigmentos en color. La cera es una técnica muy antigua que ahora artistas contemporáneos han incorporado a su trabajo, desde José María Sicilia al italiano Domenico Bianchi o el alemán Martin Assig.
P. Pero usted emplea también otros materiales.
R. Trabajo con lo que me cae en la mano. Ahora uso la cera y el papel mylar, de forma contemporánea; son mis dos brazos de trabajo. Y entre ambos territorios, de vez en cuando, aparece y desaparece otro, el territorio de los materiales encontrados.
P. ¿Se decantó desde sus inicios por la temática de flores?
R. Son formas muy orgánicas, que permiten al espectador interpretarlas como desee. Mi pintura siempre ha sido muy sígnica y expresiva, basada en el trazo, en su fuerza y su libertad, y en el trabajo expresionista.
P. ¿Cómo es su hábito de trabajo?
R. Habitualmente, trabajo media jornada, con un horario. No funciono por inspiración, funciono por trabajo, porque es lo mío, lo que me interesa y me gusta hacer más. De hecho, no creo en la inspiración. No estoy de acuerdo con el discurso espiritual en torno a la inspiración, como si viniera de fuera.
P. ¿Cómo definiría su obra?
R. Creo que es una pintura dramática. Mi trabajo tiene un trasfondo no amable.
P. ¿El público está preparado para apreciar lo que usted hace?
R. En el arte contemporáneo hay mucho desconocimiento. Lo del arte contemporáneo es algo como que nos ha caído de encima y todo el mundo se supone que tiene que saber. Y, en general, aunque se está haciendo un esfuerzo por aprender, hay un gran desconocimiento de lo que es el arte contemporáneo. No creo que haya una cultura, una tradición en la sociedad vasca que sustente un entendimiento del arte contemporáneo.
P. ¿El conocimiento lleva a la comprensión de un artista?
R. Completamente. Puede existir una transmisión, que te llegue algo de la obra. Eso es importante. Pero si, además de esa sensibilidad, hay un conocimiento del medio al que se va como espectador, la capacidad de apreciación será mucho mayor y la sensibilidad se multiplicará.
P. Eso tiene que ver con la educación.
R. En las escuelas se olvida totalmente el arte contemporáneo. Los profesores, además, no están preparados. La enseñanza a través del arte es uno de los vehículos fundamentales que habría que potenciar mucho más en las escuelas.
P. ¿Usted se dedica a la enseñanza?
R. No, aunque sí enseño, desde hace muchos años, en mi taller de pintura. Siempre he tenido un taller con niños en mi propio estudio. Trabajamos mucho con el collage, hacemos fotomontajes, asociación libre de elementos... y pintamos muy poco. A mí la enseñanza en arte es algo que me provoca muchísimo, me encanta.
P. ¿Por qué volvió de Roma?
R. Por una serie de circunstancias personales.
P. ¿Cómo fue su llegada a Bilbao?
R. Traumática. Horrenda.
P. ¿Y en cuanto a trabajo?
R. No te queda más remedio que trabajar. Para mí fue un gran choque pasar de Roma, que la viví intensamente, a Bilbao, tan provincial y tan oscura y tan cerrada, pese al Guggenheim y todo.
P. Usted nació en Bilbao.
R. Sí, pero a pesar de todo hablo de Bilbao como una extranjera, porque una vez que te has ido ya no perteneces al lugar donde naciste.
P. ¿Le ha costado introducirse profesionalmente?
R. Afortunadamente, me encontré con la galería Colón XVI, que son quienes me llevan, y estoy encantada.
P. ¿Es importante una galería para un artista?
R. Tras cierto periodo en el que lo fundamental es en exclusiva el trabajo del artista y su propia tragedia y su propia no tragedia en el trabajo, la galería es un canal, una ayuda necesaria que te permite relajarte y dedicarte más a tu trabajo. Cuando ya llevas tiempo en esta profesión, no tienes energía para ciertas cosas y prefieres concentrate en tu trabajo.
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