Van Morrison en El Palenque

Cuento la organización del concierto de Van Morrison en El Palenque, en Sevilla, el viernes 27 de febrero. Ya me pareció decepcionante la situación de la grada alta derecha (zona que me correspondía) por estar muy desplazada con respecto al escenario; peor fue comprobar, cuando comenzó el concierto, que ni funcionaban las pantallas de vídeo ni que, sobre todo, se oía. El volumen del sonido al comenzar era irrisorio, como así pusieron de manifiesto algunos de los asistentes. Me fui a recuperar el dinero de mi entrada, algo a lo que ni siquiera sé si tenía derecho. Me atendió un señor de El Palenque, quien me dijo que en taquilla no conseguiría tal propósito, y luego me recordó los que ya sé que son mis derechos como consumidor. Las entradas costaron 38,50 euros (las más baratas). Era fácil comprobar que se amplió el aforo para conseguir dinero, aunque sufriera las consecuencias el consumidor de la entrada más barata.

Al presentar una reclamación, los encargados de la sala acusaban a la empresa Musiserv, de Granada, como responsable de la producción de sonido. Esta empresa señala al propio Van Morrison (el técnico de sonido era del cantante y la decisión de no utilizar las pantallas también) y a los responsables de la sala, quienes indicaron a Musiserv cómo era la sala (la empresa no se desplazó a Sevilla para comprobarlo in situ, según consta en un correo electrónico aclaratorio que me enviaron), para que así éstos decidieran el equipo necesario. La cuestión es que el concierto pasó sin pena ni gloria para los que estábamos en mi zona.

Era la primera vez que en un concierto podía hablar con la persona que estaba a mi lado sin necesidad de gritar. Con conciertos así, tan poco profesionales, uno entiende por qué no hay más de nivel internacional aquí en Sevilla. Hubiera sido un sueño que alguien me hubiera reconocido que, efectivamente, no se oía y que merecía la devolución del importe. Un sueño.