Una madre fallecida, dos heridas y seis desaparecidos en un colegio público
Los paneles contra el ruido de la autopista de Valencia evitaron ayer que el estruendo del atentado llegara al colegio público Ciudad de Valencia, un centro de 1.300 alumnos de cuatro a 11 años, situado a 200 metros de la estación de Santa Eugenia. El ruido fue lo único que se pudo evitar. "Tenemos ocho familias afectadas: una madre muerta, dos heridas y seis familiares desaparecidos. No sabemos nada de un padre y una madre, ni del abuelo de otros alumnos, ni de tres madres más. Están desaparecidos, al menos hasta que hemos abandonado el colegio, a las seis de la tarde", relató ayer el director del centro, Modesto Pardo.
"Las clases empiezan a las 9.30, pero nuestro colegio abre las puertas a las 7.30, así los padres que trabajan pueden dejar a sus hijos y luego coger el tren antes de los ocho. Hemos guardado la calma durante todo el día, esperando las noticias de los padres que no llegaban a por sus hijos. Un padre médico nos ha ayudado a atender al niño y al marido de la mujer muerta. Él padre ha venido solo a por su hijo. Sabemos, por sus hijas, que las mujeres heridas están fuera de peligro. Pero no hay ni una noticia de los desaparecidos. En total son 10 alumnos afectados. Ha sido terrible, pero hemos intentado preservar nuestra normalidad, era lo mejor para todos. Queremos volver a clase, y juntos ayudar a nuestros alumnos".
Cecilia Díaz es una de las 40 mujeres que a las 12.45 entra a trabajar en el Ciudad de Valencia para cuidar a los alumnos durante la comida y el recreo. Ayer, cuando Cecilia y sus compañeras se incorporaron, se les recomendó que actuaran con la mayor discreción. "Nos han pedido que no comentáramos nada delante de los niños y que si les veíamos nerviosos procuráramos cambiar de conversación. Lo hemos llevado con mucha serenidad y silencio, intentando no mostrarnos nerviosos, aunque lo estábamos. Los niños no se han enterado bien de lo sucedido y no me han parecido alarmados", explica.
Cecilia dice que ayer había en el colegio menos alumnos de lo habitual. "Muchos padres, al enterarse de lo sucedido, han decidido no llevar a sus hijos al colegio o han ido a recogerlos". Teresa Tortosa, una murciana de 38 años que vive en Santa Eugenia desde hace 12 años es madre de una niña de 11 años y dos gemelos de seis. "Cuando me he enterado de la noticia me ha entrado un ataque de histeria. Necesitaba ver a mis hijos. Cuando he llegado al colegio he visto mucha angustia. Madres que entraban y salían, nerviosas...".
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