ETA entra en campaña
Lo estábamos esperando. Era previsible que, en las primeras elecciones generales en las que no había candidatos del brazo político de ETA, esta organización no iba a permanecer en silencio. No era por el contrario previsible que el atentado fuera de tanta magnitud, y, además, indiscriminado. Habrá quien piense que las informaciones que nos aseguraban que la banda criminal estaba más débil que nunca, eran demasiado optimistas, pero no es así. Es difícil no dejarse llevar en estos momentos de indignación por la rabia, pero nuestra primera obligación es hacer un ejercicio de responsabilidad y serenidad.
Porque es cierto que ETA está en las últimas, aunque la fiera herida aún tenga capacidad de revolverse y causar daño, porque nuestra sociedad está tan expuesta a los ataques terroristas, que incluso una organización agonizante puede causarlos. Otra de las conclusiones es que tal vez se haya sobrevalorado el grado de información que se disponía y que había producido una sensación de seguridad, que se ha demostrado falsa.
En tercer lugar habrá que huir de cualquier tentación de utilizar políticamente los atentados. Para ello ya lo hace ETA, y una actuación de ese tipo resultaría miserable e indigna. Porque si es necesaria alguna reacción, ésta es la de reforzar la unidad de los demócratas frente al terrorismo. Y la mejor respuesta será votar con serenidad el próximo domingo. Porque una reacción en caliente podría suponer no sólo desvirtuar el resultado de las elecciones, sino darle a ETA aquello que pretende.
[Escribo estas líneas confiando ciegamente en la versión del Gobierno]
Luis Berenguer es eurodiputado del PSOE.
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