Putin nombra un nuevo Gobierno de antiguos miembros del espionaje soviético
El presidente apuesta por un Gabinete de corte liberal para su seguro nuevo mandato
Rusia mantendrá el rumbo de su política económica de corte liberal. Así lo indica la composición del Consejo de Ministros con el que Vladímir Putin se dispone a dirigir los destinos de su país tras la victoria que los pronósticos le dan por segura en las elecciones presidenciales del próximo domingo. El líder mantuvo en su puesto y reforzó a los titulares del bloque económico, pero relevó al jefe de la diplomacia. Serguéi Lavrov, el representante en el Consejo de Seguridad de la ONU, sustituirá a Ígor Ivanov al frente de Exteriores.
Lavrov, un respetado diplomático que ha pasado casi toda su carrera en EE UU, es considerado un "globalista", experto en organizaciones internacionales. El titular de Defensa, Serguéi Ivanov, sigue en su puesto, y los órganos de seguridad, de los que procede este paisano de Putin, aumentan su influencia en otros departamentos con el nombramiento al frente de Interior de Rashid Nurgalíyev, un oficial de carrera curtido en los servicios del contraespionaje que llegó a ser vicedirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB).
El avance de los peterburgueses es visible en varios nombramientos, incluido el de mayor peso: Dmitri Kózak, de 45 años, dejará su puesto de primer vicejefe de la Administración Presidencial para encabezar el Aparato del Gobierno con rango de ministro. El traslado no es baladí: Putin dejó claro ayer que Kózak es autor del diseño del nuevo Gobierno, mientras el primer ministro, Mijaíl Fradkov, subrayó que la responsabilidad del jefe del aparato va a multiplicarse. Kózak es un jurista competente, que llegó a vicegobernador de San Petersburgo. Su nombramiento indica que la figura de Fradkov está destinada a ser la de un ejecutor técnico de la política de Putin, pero su marcha de la Administración Presidencial en el Kremlin inclina la balanza del entorno directo de Putin a favor de los veteranos del FSB.
El nuevo Gabinete responde a una reforma estructural, explicada en un decreto difundido anoche. En total está integrado por 17 puestos (contando al jefe de Gobierno, un único vicejefe, el jefe del aparato y 14 ministerios), lo que supone una importante reducción respecto al anterior Gobierno, integrado por 30 cargos . Desaparecen 13 ministerios, además de varias comisiones, servicios y comités que antes tenían entidad por sí mismos, y cuyas funciones se distribuirán ahora de otro modo. Putin, al que la Constitución de corte presidencialista rusa concede amplios poderes, controla directamente cinco ministerios: Interior, Defensa, Situaciones de Emergencia, Exteriores y Justicia. Tanto en Situaciones de Emergencia como en Justicia se mantienen los antiguos titulares. Putin, como antes, controla también el bloque de servicios de seguridad y espionaje. La remodelación supone la marcha del último personaje relacionado directamente con la familia de Borís Yeltsin, el anterior presidente. Se trata del jefe del Consejo de Seguridad, Vladímir Ruishalo, sustituido ahora por Ígor Ivanov, que fue ministro de Exteriores desde 1998.
Dentro del Gobierno, el bloque económico se caracteriza por su continuidad y por hacerse más compacto, uniendo funciones que antes estaban disgregadas entre distintos departamentos. Su peso ha sido reforzado con Alexandr Zhúkov, un respetado economista que ocupaba la vicepresidencia de la Duma Estatal y que antes, durante ocho años, dirigió el comité presupuestario del Parlamento. Víktor Jristenko, que actuó brevemente como jefe de Gobierno en funciones, dirigirá el nuevo Ministerio de Industria y Energía, que ahora incluye también la construcción y la energía atómica. Los peterburgueses German Gref y Alexéi Kudrin se mantienen al frente del Ministerio de Desarrollo Económico y Comercio y de Finanzas, respetivamente. Para el Ministerio de Recursos Naturales, Putin ha encontrado a Yuri Trutniev, karateka y hasta ayer gobernador de la provincia de Perm. A Cultura y Educación irán dos peterburgueses, Alexandr Sokolov, que era rector del Conservatorio de Moscú, y Andréi Fursenko, respectivamente. El Ministerio de Sanidad abordará la reforma en ciernes con Mijaíl Zubárov, hasta ahora jefe del fondo de pensiones de Rusia, a la cabeza.
El nombramiento de Lavrov fue muy bien acogido por los observadores políticos. "Es un gran profesional, racional y sobrio, que actúa sin dejarse influir por ningún prejuicio", señala el diplomático Alexandr Lébedev, que trabajó con el nuevo ministro en la regulación del conflicto de los Balcanes. Lavrov, que cumplirá 54 años este mes, trabajó en la representación de la URSS en la ONU de 1981 a 1988. Tras desempeñar el cargo de viceministro de Exteriores entre 1992-1994, volvió a la ONU como jefe de la delegación y representante de Rusia en el Consejo de Seguridad.
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