El Conservatorio palía sus problemas de espacio

Los alumnos y profesores del Conservatorio Superior de Música del País Vasco, en San Sebastián, llevan meses pidiendo una solución a sus problemas de espacio y parece que la tendrán, aunque provisional, desde el próximo curso. La consejería de Educación ha puesto a su disposición el antiguo edificio de la Escuela Profesional de Martutene para trasladar allí parte de sus actividades, según informó el director del centro, Alejandro Zabala, y ya está construyendo cabinas de ensayo en los sótanos del Palacio Miramar, su sede provisional. "Vemos que existe una voluntad de solucionar el problema", apunta.

La situación que viven desde hace ya más de un año los alumnos del Conservatorio, inaugurado en 2001, es poco menos que kafkiana. Tienen como maestros a músicos de renombre y un proyecto educativo de referencia en España, según coinciden, pero carecen de lo básico: espacio suficiente que les permita sacar partido a su formación. Hoy por hoy, la falta de aulas está condicionando todo, empezando por sus horarios lectivos. "Ahora mismo necesitaríamos un mínimo de diez aulas más", afirma el director del centro.

Esta realidad ha puesto en evidencia a la consejería, que en 2001 se comprometió a construir para 2005 un edificio en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento en Venta Berri. Ni siquiera ha encargado el proyecto. "Lo que nos preocupa ahora son las medidas intermedias y vemos que existe una voluntad de ponerlas en marcha", confiesa Zabala.

En todo caso, esto no será posible hasta el próximo curso, según el director. Las cabinas de ensayo no estarán listas hasta verano y, al margen de reformas en el edificio de Martutene -insonorizaciones y otras-, debe clarificarse aún el uso del inmueble, porque Educación no lo pondrá a disposición exclusiva de Musikene, según una portavoz del departamento.

Los problemas de espacio no han logrado paralizar la actividad del centro, que tiene 235 alumnos y 150 profesores. Hace diez días, Zabala presentó Garat, una iniciativa promovida junto al Conservatorio de Bayona, Eresbil y L'Institut Cultural Basque para difundir y enriquecer el repertorio vasco de cuartetos de cuerda.