Un juzgado decidirá si un menor que vive en régimen de preadopción debe ser devuelto a su madre biológica

Un niño de cinco años, que vive prácticamente desde su nacimiento en régimen de acogida preadoptiva, podría ser devuelto a su madre biológica si el Juzgado de Familia Número 5 de Bilbao hace caso de un informe psicosocial que señala que el pequeño estaría mejor viviendo con su familia natural. Este mismo estudio sostiene que la hermana del menor, que vive con la madre, está creciendo en mejores condiciones que él.

El estudio fue encargado por el Juzgado ante las diferencias de criterio entre la Diputación de Vizcaya, que siempre ha defendido que el menor debe continuar bajo la tutela de la familia que le tiene desde hace más de cuatro años en régimen de preadopción, sin reconocimiento judicial, y la madre biológica, que reclama la patria potestad del menor.

La decisión final la adoptará el juzgado tras la vista que se inicia hoy y que forma parte de un largo contencioso judicial entre el departamento de Acción Social de la Diputación y la madre. Un juzgado de Familia ya ordenó en 2001 que el menor fuera devuelto en un plazo máximo de seis meses a sus padres biológicos. Hasta la fecha, la sentencia no se ha cumplido debido a la denuncia interpuesta contra la madre por la Diputación por un presunto delito de malos tratos.

Sin embargo, la Audiencia de Vizcaya revocó hace varios meses una sentencia de un Juzgado de lo Penal que condenaba a la madre por maltratar a su hijo, al tiempo que desestimaba la petición de la Diputación vizcaína de que el niño continuara bajo la tutela de la familia que pretende adoptarle. En esa sentencia se criticaba a la institución foral por haber elaborado informes para apartar al niño de sus padres y se criticaba la situación del menor que vive con dos nombres, con dos casas (una cómoda y con caprichos, y otra pobre), dos colegios con idiomas diferentes y con dos parejas de progenitores.

El menor objeto del litigio nació en 1998, hijo de una mujer toxicómana de etnia gitana que se casó, a los 20 años, con un ciudadano guineano. Los informes señalan que la madre ha abandonado las drogas y se ha esforzado para recuperar a su hijo.