Las fusiones vuelven a la carga
Las grandes operaciones empresariales se disparan después de casi tres años de calma por la crisis
El letargo ha terminado. Las megafusiones empresariales y ofertas hostiles de compra han vuelto a escena tras casi tres años de tregua por la crisis económica mundial. El valor de las operaciones iniciadas en Estados Unidos y Europa se ha triplicado en los dos primeros meses de este año respecto a idéntico periodo de 2003, hasta los 402.000 millones de dólares (325.000 millones de euros), según Dealogic, una firma especializada.
"Las fusiones vuelven a estar otra vez en la mente de todos", afirma Reilly Tierney, del banco de inversión Fox Pitt Kelton, "y si puedes apostar, compra".
Sólo las ofertas por la telefónica AT&T Wireless, el imperio del entretenimiento Disney y la farmacéutica francesa Aventis suman 133.000 millones de euros. Y en marzo habrá que añadir, entre otras, la compra por parte de Telefónica de los activos de BellSouth en Latinoamérica, por los que pagará 6.000 millones. Se trata de un agitado inicio de año que ha colocado el volumen internacional de operaciones al nivel más alto desde el récord de 2000.
Desde enero se han lanzado OPA hostiles por 118.000 millones en EE UU y Europa
La máxima vale para inversores y altos ejecutivos, sobre todo en EE UU, donde la actividad es frenética. Este país acapara el 60% del mencionado volumen total de de fusiones y adquisiciones llevadas a cabo en los dos primeros meses del año. Entre enero y febrero pasado, las compañías estadounidenses realizaron operaciones por 206.000 millones de euros, casi cinco veces más que en los mismos meses de 2003.
Éste es sólo el principio de la ola que se avecina tras el terremoto de la recesión y los escándalos empresariales. La banca, el entretenimiento y las telecomunicaciones están siendo los primeros en retomar los matrimonios, mientras en Wall Street se vuelve a escuchar aquella afirmación que tanto se repitió a finales de la década de los noventa: "El mayor riesgo para una empresa es no hacer nada".
El cambio en las estrategias empresariales coincidió con la llegada del verano, unos meses después de que se declarara el fin de la guerra en Irak. En junio, Oracle, la segunda compañía en el mercado mundial de los programas informáticos, abría la veda al anunciar la compra de PeopleSoft. En septiembre, Bank of America anunciaba su fusión con FleetBoston.
Los ejecutivos de las grandes corporaciones aprovecharon la crisis para reestructurar sus empresas, reducir costes invirtiendo en nueva tecnología y reorientar parte del negocio hacia nuevas oportunidades para equilibrar sus finanzas y deshacerse de activos con poco futuro. No había entonces mucho margen para compras multimillonarias. En 2002, el volumen internacional de fusiones y adquisiciones se desplomó un 28%, según Thomson Financial. La actividad se recuperó, tímidamente, el año pasado (creció un 10%). Pero los mercados se han ido recuperando del varapalo de los escándalos, la recesión y las incertidumbres geopolíticas. Los niveles de confianza son mayores. El dinero se ha acumulado y está listo para ser invertido a bajos tipos de interés.
El cambio de tendencia ha sido dramático, como señala Kevin Caron, estratega de Ryan Beck: "Se ha pasado en tan sólo un año de un pesimismo profundo y de un miedo a invertir, a una situación en la que las compañías están deseando jugar su recursos porque tienen fondos para hacerlo".
Las empresas que pueden ser objeto de esta fiebre compradora están ahora más abiertas a estas operaciones porque sus activos están mejor valorados. "No se llegan a grandes acuerdos cuando la Bolsa cae", afirma Arthur Hogan, de Jefferies. Jack Caffrey, de JP Morgan, añade que "los gestores están más cómodos con sus negocios y el valor bursátil de sus empresas".
Como explica Rick Meckler, de LibertyViem, "se ha llegado a un punto en el que es muy duro exprimir mejores beneficios en Bolsa si no es por una economía más fuerte". "Las fusiones y adquisiciones se encargarán de mantener interesados a los inversores los próximos meses", asegura Meckler. Bill Groenveld, de vFinance, dice que la fusiones muestran que "los motores de la economía se aceleran".
Nuevas operaciones
La atención se dirige ahora a adivinar qué empresas van a ser compradas por sus rivales para que los inversores puedan hacer sus apuestas. Es el caso de AT&T Wireless, el tercer operador estadounidense de telefonía móvil. En diciembre de 2003, el valor de sus acciones se movía entre los seis y nueve dólares. Su puesta en venta a finales de enero, a raíz de la oferta de compra de Cingular, y la posterior entrada en el juego de la británica Vodafone, hicieron que sus acciones se dispararan un 60% en un mes, hasta 13 dólares. Cingular ganó la puja a 15 dólares por título, una operación de casi 39.000 millones de euros.
El pronóstico para Europa es prometedor tras la oferta pública de adquisición (OPA) hostil lanzada por la farmacéutica Sanofi-Synthélabo sobre Aventis, número uno del sector en Francia, por 49.000 millones de euros. En los dos primeros meses del año, el volumen de fusiones y adquisiciones en el Viejo Continente se ha duplicado respecto a igual periodo de 2003, hasta 124.000 millones de euros.
La actividad es, de momento, menos frenética que en EE UU, aunque el economista jefe de Barclays, Matt Barrett, cree que la ola llegará también a Europa, incluida España. "Es evidente que existe un apetito inversor por la clara mejora del entorno macroeconómico y hay liquidez en el mercado", explica Natalia Aguirre, de Renta 4.
Los candidatos europeos para protagonizar operaciones hay que buscarlos en el sector de los servicios financieros -el alemán Commerzbank ya ha mostrado su disposición a fusiones- y la energía. En España, por ejemplo, se siguen de cerca posibles movimientos en el grupo de telecomunicaciones Auna y en la constructora FCC, controlada por Esther Koplowitz.
Pese a este fuerte tirón inicial, no parece que vayan a ser de la dimensión del huracán de 2000, año récord (2,8 billones de euros). Aunque por volumen en dólares "se están viendo hoy más ofertas hostiles de compra que nunca", según Frank Aquila, de Sullivan & Cromwell. En los dos primeros meses del año, se han lanzado ofertas hostiles por 54.160 millones de euros en EE UU, según los datos de Dealogic, más del doble que la cifra alcanzada durante todo el año pasado. En Europa, 63.648 millones de euros entre enero y febrero, frente a 45.447 millones de 2003.
El motivo que explica esto, según Tom Taulli, de Newport Beach, es que "los compradores están poniendo sus ofertas sobre la mesa antes de que el precio en los mercados suba demasiado". "Las oportunidades de hacer negocio no están ahí todos los días", afirman los estrategas de Comcast, el mayor servidor de televisión por cable de EE UU, que acaba de lanzar una oferta hostil sobre Walt Disney, por 53.308 millones de euros. "A nosotros nos encantaría hacer más", admite el jefe ejecutivo de UBS, Peter Wuffli, "pero se necesitan dos para bailar".
Ofertas más agresivas
"Este año veremos fusiones que van a transformar a las compañías", sentencia Scott Adelson, del banco de inversión Houlihan Lokey. Y no sólo a ellas, sino también a la forma en la que son adquiridas. Las ofertas de compra se están lanzando con mucha agresividad y de una forma muy visible. Esto se debe a que las discusiones previas no dieron el resultado esperado y se recurre a la oferta pública de adquisición hostil como un instrumento para "empequeñecer a muchos inversores", según explica Ryan Kuhn, consultor experto en fusiones. Éste ha sido el caso de Comcast y Disney: la primera intentó convencer sin éxito a la segunda de las bondades de un matrimonio entre ambas, antes de presentar su oferta no solicitada.
Además, las megafusiones suelen acabar sumiendo a los mercados en una especie de limbo temporal, mientras se materializan las ofertas y después son analizadas por las autoridades reguladores para ver si se ajustan a las reglas de la competencia. La fusión de Oracle y PeopleSoft lleva ocho meses intentado ver la luz y podría estar a punto de fracasar, después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos haya decidido bloquearla.
Existe otro fenómeno nuevo. Las fusiones están diseñadas ahora más en el plano horizontal (entre empresas de diferentes sectores) que vertical (entre empresas del mismo sector), como Comcast y Disney.
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