Medem se inspira en la imaginación de su hija para un corto
Daniel Sánchez Arévalo rueda 'La culpa del alpinista', con un guión del director vasco
Alicia, la hija del director Julio Medem, tiene infinidad de amigos invisibles. "Ha sido Clecla", contesta cuando le regañan por algo. Desde hace semanas también puebla su mente Paulo, uno amigo nuevo al que tiene que arropar porque tiene miedo al frío. Hablando con él, Alicia, de 11 años y con síndrome de Down, ha entendido su papel en La culpa del
alpinista, un corto de Daniel Sánchez Arévalo escrito por su padre, por su aita, como ella le llama, que se rueda estos días a las afueras de Madrid.
En la entrega de premios del certamen de cortos en Internet notodofilmfest.com, Medem conoció a Daniel Sánchez Arévalo, que ganó con Esprés. Le fascinó su trabajo, así que cuando la marca Nescafé, metida a productora de cine para celebrar sus 50 años de vida, le pidió que eligiese a un joven cineasta para que contase algo sobre él en 10 minutos, no dudó: lo haría Daniel. Le llamó y quedaron a comer. "Tenía que ser una historia que me hubiera ocurrido en los noventa, y en esa época nació mi hija Alicia. Me pareció que ella podía ser el punto de partida y la llevé al restaurante para que él la conociese", cuenta el director de Vacas. Daniel reconoce que la idea le dio "pánico": "Nunca había tratado a alguien con síndrome de Down, y no sabía cómo iba a reaccionar Alicia".Recuerda el debutanteque tuvo problemas con el guión cuando lo escribió y que cayó en una crisis total. "Entonces Julio me comentó que tenía una idea y se ofreció a escribirla. Cuando tuvo la primera versión, me la dio para que la hiciese mía", narra. Lo corrobora Medem: "Le dije que lo tomase como un regalo y que hiciese con el guión lo que quisiera". En 2001, Medem ya había rodado otro corto, Clecla, en el que Alicia ya hablaba con su amiga imaginaria.
El guión evoca un cuento. Ana (Carolina Peterson) tiene fobia al frío, no soporta ver ni tocar la nieve y le dan miedo las nubes y el viento. Su madre (Eva Pallarés) la lleva a Almería, a un pueblo junto a la playa, y, lejos de sanarse, la niña empeora. En Huesca, vive Alicia en una residencia de discapacitados. Cuando nieva no sale al patio, prefiere quedarse dentro para proteger del frío a su amigo imaginario. A Mateo (Roberto Enríquez), el psiquiatra de Ana, se le ocurre que ambas podrían ayudarse mutuamente.
"Tengo la sensación de que Daniel me traslada hacia algunos sitios a los que yo no llego, y él sí, partiendo de mí, pero acabando sólo en él", dice Medem. "Julio tenía una intención más documental, más realista, y yo he querido hacer algo más poético. Para crear esa atmósfera onírica, los interiores son en blanco y negro, y lo que sucede fuera está hecho con luz de infrarrojos que hace que todo parezca congelado", prosigue Sánchez Arévalo, master en Cine por la Universidad de Columbia.
Alicia era el principal "temor" de Daniel en este corto, pero, pasados tres días de rodaje, subrayaba que estaba siendo "una delicia" trabajar con ella: "Está llena de cosas y te las da. Se ha comportado como una profesional, metiéndose en el personaje", cuenta. "Han estado con ella su madre, su coach (monitora) y un psicólogo. Eso te alivia, porque muchas veces no sabes cómo llegar a ella", cuenta Daniel, que también estudió en la Escuela de Cine de Madrid y que acaba de terminar su corto Física II con el dinero del premio al mejor guión que el pasado año le concedió el Festival de Medina del Campo (Valladolid). Además, Esprés ha sido este año el primer corto candidato a los Goya creado expresamente para Internet.
Babelia
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