Interesante marcianada
Algo en común tienen las películas que han dirigido, juntos o por separado, Alberto Rodríguez y Santi Amodeo. Todas, de El factor Pilgrim a El traje o esta Astronautas, parten de situaciones en el borde de lo inverosímil, pero que sus responsables se empeñan, con tesón encomiable, en hacer perfectamente posibles. Todas muestran un look inusual en nuestro cine -ayuda en algo a ello el hecho de estar hechas en la periferia, pero también porque parecen nacidas de una inspiración extraña: más indies americanas que propiamente hispanas- y están pobladas por personajes insólitos, excéntricos o directamente marcianos.
Es el caso de la que nos ocupa, que se empeña en contar la (im)posible historia de amor entre un psiquiatrizado atrabiliario y misántropo en la cuarentena (Novo) y una guapa, desenvuelta chica de 15 años (Hurtado), poseedora de un secreto tan insólito como la propia película. Hacer que entre estos dos haya algo más que rechazo o simple indiferencia es el objeto central que persigue Amodeo, hay que reconocer que con un empeño que termina por vencer las resistencias más tenaces.
ASTRONAUTAS
Dirección: Santi Amodeo. Intérpretes: Nancho Novo, Teresa Hurtado, Juan Motilla, Alex O'Dogherty, Jöns Pappila, Enrico Vecchi. Género: comedia surreal, España, 2003. Duración: 96 minutos.
Porque lo que propone Astronautas es algo más que la historia de amor entre sus personajes: es, ni más ni menos, que la adhesión apasionada con su imposible contenido. Con instrumentos narrativos que domina y entre los que parece sentirse a gusto -un uso inteligente de la elipsis, una manera también elíptica de suscitar los conflictos, una construcción de personajes entrañable y disparatada-, Amodeo se adentra en la historia, y hay que concederle que no deja indiferente. Tal vez porque lo que muestra está teñido de un inconmovible romanticismo, o porque sus personajes están mucho más pegados a la vida de lo que parece a simple vista, pero lo cierto es que Astronautas es una película para ser querida, una rara avis de esas que, con sus defectos e imperfecciones, nos gustaría poder ver con más frecuencia.
Babelia
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