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LA TRAGEDIA DEL YAK-42

Las autopsias evidencian que se erró en la identificación de al menos dos cadáveres

Dos familias recibieron necropsias que no corresponden a los restos de sus parientes

Miguel González

Las familias de dos militares muertos en el accidente del Yak-42 recibieron en noviembre pasado sendas cartas del general Vicente Navarro en las que les informaba de los indicios en que se había basado para identificar los restos de sus parientes. Las cartas tuvieron un efecto tranquilizador, ya que en las mismas se mencionaban, como elemento más determinante, sendos anillos con inscripciones que llevaban los fallecidos y eran conocidos por sus más cercanos. Sin embargo, las autopsias recibidas por dichas familias no corresponden a los cadáveres que llevaban esos anillos, sino a otros diferentes.

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Las autoridades turcas numeraron todos los cadáveres del 1 al 75. En la bolsa número 76 se introdujeron nueve restos humanos de los que se ignoraba a qué cuerpos pertenecían. Con arreglo a esta numeración se realizaron las necropsias, que las familias recibieron posteriormente junto con el certificado de defunción.

En el documento firmado a las 2.20 de la madrugada del 28 de mayo de 2003 por las autoridades turcas y los dos generales españoles, José Antonio Beltrán y Vicente Navarro, se identifican 32 cadáveres de militares españoles y se afirma que otros 30 también son españoles, aunque se desconoce su nombre.

Entre estos últimos, los más fáciles de reconocer eran cinco que llevaban anillos con inscripciones de nombres de mujer y/o fechas. EL PAÍS ha identificado a los dueños de cuatro de ellos.

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En al menos dos casos, las familias recibieron cartas en las que se les explicaba que dichos anillos sirvieron para identificar los restos de sus parientes. Sin embargo, de cuerdo con la numeración que figura en el documento de la Fiscalía turca, y que se corresponde con las más de 20 necropsias revisadas por EL PAÍS, los informes de autopsia recibidos por ambas familias no pertenecen a los cadáveres que llevaban los anillos, sino a otros diferentes, también sin identificar en documento de la fiscalía.

EL PAÍS dispone de los documentos que acreditan estos errores, pero las familias afectadas han pedido que no se difunda ningún dato que pueda revelar de quién se trata. No obstante, ambas han autorizado su entrega al Ministerio de Defensa, si así lo solicita, para que pueda verificar estas circunstancias.

Ataúdes cerrados

El eventual error podía haber sido descubierto si se hubieran abierto los ataúdes, pero el Ministerio de Defensa no lo permitió, según denuncian muchas familias, aunque dicho departamento sostiene que nadie lo pidió. También afirma que los anillos y demás objetos que los militares llevaban encima y sirvieron para identificarlos no se devolvieron a las familias porque el juez turco ordenó que "quedasen depositados dentro de los féretros, junto con los cadáveres, en relación a su regreso y enterramiento en España". Es decir: fueron enterrados junto con sus dueños.

En declaraciones a varios medios de comunicación, el general Vicente Navarro insistió ayer en que el documento firmado a las 2.30 de la madrugada del día 28, en el que se reconoce que sólo 32 cadáveres estaban identificados y otros 30 por identificar, no respondía a la situación real en ese momento, sino a la de unas horas antes. No obstante, reconoció que faltaban "ocho o nueve" por identificar y que el proceso de identificación se prolongó hasta las 5.45 de la madrugada, cuando los últimos féretros salieron hacia el aeropuerto de Trabzon para su repatriación en tres Hércules del Ejército del Aire.

El reconocimiento de que se estuvieron identificando cadáveres hasta las 5.45 del día 28 se contradice con las declaraciones que, a media tarde del día 27, realizó en Trabzon el general José Antonio Beltrán, quien dijo a Efe que "la identificación de los fallecidos en el accidente del Yakovlev ha terminado". Los aviones Hércules estaban saliendo en ese momento de Zaragoza y el primero de ellos llegó a Trabzon a las 23, hora local (una menos en la España peninsular).

Si la identificación continuó hasta las 5.45 horas del día 28 no se entiende por qué todas las necropsias revisadas por EL PAÍS están fechadas en Trabzon el día 27. Las necropsias son siempre posteriores a la identificación y todas comienzan con el siguiente enunciado: "Se realiza necropsia de cadáver de varón, al que se nos presenta identificado con el número X [entre el 1 y el 75] y como X [nombre del militar]".

Los dos médicos militares que firman las autopsias, dos especialistas en anatomía patológica, no explican quién ni cómo ha realizado la identificación y, de hecho, no se responsabilizan de las mismas. Se limitan a constatar que el cadáver que analizan ha sido identificado.

El único que da fe de la identidad de los cuerpos es el general Navarro en los certificados de defunción, que firmó en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), en la tarde del día 28, poco antes del tenso funeral por los 62 militares.

En una nota informativa que elaboró el 1 de junio, el general Navarro asegura que "el fiscal general turco o sus representantes estuvieron presentes en todas las reuniones, procesos de identificación y autopsias, aplicando sus criterios a lo largo de todo el proceso con la colaboración del equipo español". Sin embargo, según reconoció ayer, al menos "ocho o nueve" cuerpos fueron identificados por el equipo que él dirigía tras la entrega de los cuerpos por parte de las autoridades turcas y, por tanto, sin la supervisión de ninguna autoridad judicial.

La tarea se inició a las 19.30 del día 26 con los cadáveres más reconocibles. Los que faltaban por identificar cuando fueron entregados a las autoridades españolas eran los más difíciles. Según el informe de la fiscalía turca, 14 carecían de cualquier elemento que permitiera identificarlos y muchos estaban casi carbonizados o desfigurados.

En todas sus declaraciones públicas, los responsables del Ministerio de Defensa se refirieron ayer al Documento de transferencia y custodia de los restos de los militares, firmado a las 2.30, pero ignoraron el Protocolo de examen de cadáveres, autopsia e identificación, que también firmaron, diez minutos antes, los generales Navarro y Beltrán, en el que se describe pormenorizadamente el estado de los cuerpos y ambos reconocen que 30 están sin identificar.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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