El alta precoz para hemorragias digestivas reduce costes y mejora la calidad de vida
Alberto S. acaba de llegar a urgencias. Está muy preocupado porque vomita en forma de posos de café y tiene taquicardia. Teme que tenga relación con su úlcera y que deba quedar ingresado varios días en el hospital. El diagnóstico confirma sus temores: padece una hemorragia digestiva alta, una urgencia médica muy habitual -cada año puede afectar a hasta 64.000 españoles- cuya causa más frecuente es la úlcera péptica gastroduodenal. Sin embargo, va a tener suerte porque su hospital aplica un protocolo de alta precoz para esta dolencia.
Con este protocolo, que implica un plan detallado y escrito, se ha logrado que los pacientes estén el menor tiempo posible ingresados. Es una tarea compleja porque hasta hace poco la mortalidad de esta enfermedad estaba entre el 8% y el 10%, pero el médico que le ha visitado le acaba de explicar que si no hay complicaciones, como mucho sólo va a pasar una noche en el hospital y, luego, podrá hacer vida normal.
Sólo se operan el 5% de las hemorragias digestivas altas frente al 20% en 1996
Si este episodio hemorrágico le hubiera ocurrido hace unos años, habría sido ingresado de manera rutinaria mientras esperaba a que se le realizase una endoscopia y alguna otra prueba. Habría estado en el hospital entre 6 y 12 días -hasta comprobar que no había restos de sangre en el tubo digestivo- y habría seguido una estricta dieta de protección gástrica. Además, como había tendencia a sobretransfundir y un segundo episodio hemorrágico exigiría cirugía, se le podría haber sometido a cualquiera de estas dos acciones, con el riesgo que implican.
Este largo proceso habría demorado el alta de Alberto, en detrimento de su calidad de vida, amén del elevado gasto económico por la ocupación de una cama y el uso del banco de sangre y del laboratorio.
Esta rutina médica no era, en definitiva, satisfactoria. Si, además se tienen en cuenta estudios que constatan que en el 70-80% de estos casos el sangrado remite de forma espontánea, tratar la enfermedad más activamente podía resultar beneficioso para conseguir un tratamiento médico con el mínimo ingreso hospitalario posible e incluso nulo, que es lo que ha acabado sucediendo.
Corría el año 1995 cuando el entonces jefe del Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), Eduardo Jaurrieta, pidió al doctor Pablo Moreno que se encargara de las hemorragias digestivas altas. A partir de la publicación, un año antes, de un artículo en The New England Journal of Medicine sobre esta patología, Moreno adaptó las pautas del mismo a las características del hospital e inició, en colaboración con el equipo de endoscopia digestiva, un protocolo de alta precoz en pacientes de bajo riesgo con hemorragia digestiva alta.
Significaba que, desde ese momento, todos los especialistas implicados iban a trabajar a una y a coordinarse, aplicando los mismos criterios y pautas desde que el paciente llegaba a urgencias. Si era considerado de bajo riesgo -mediante un índice pronóstico-, debía ser dado de alta con la mayor brevedad posible, porque su riesgo de resangrado era mínimo.
Desde entonces, y a pesar de las reservas iniciales de los especialistas por la novedad del tratamiento de alta temprana, se viene aplicando el protocolo en el hospital y las cifras son irrefutables: "Un año después del inicio del programa hubo 470 ingresos urgentes por hemorragia digestiva alta en el servicio de cirugía. De éstos, 245 eran de bajo riesgo, por lo que se les aplicó el protocolo, que basamos en criterios clínicos y endoscópicos", explica Moreno. "Y ese primer año se redujo la estancia media en el hospital de seis a tres días, con un ahorro de 774 camas. La mortalidad y el resangrado fueron cero", concluye el cirujano.
Los datos actuales son aún mejores, pues la estancia media de estos pacientes es de 1,2 días y el 95% pueden ser manejados ambulatoriamente, porque la probabilidad de resangrar es nula. A fecha de hoy, el hospital ha conseguido un ahorro de casi 5.700 camas sólo con estos pacientes. Y únicamente se operan el 5% de las hemorragias digestivas altas que ingresan -frente al 20% hasta 1996-, que corresponden a los casos más graves. También en éstos, aunque no se aplica el protocolo, se ha reducido la estancia media a tres días, frente a los 6-11 días de otros hospitales.
Los buenos resultados se contagian
Muchos hospitales han visto los enormes beneficios de esta actuación médica y han seguido los pasos de Bellvitge, también con excelentes resultados. La Corporación Parc Taulí, de Sabadell (Barcelona), aplica un protocolo similar desde 1996. Su gran novedad es, no obstante, que aplica un tratamiento ambulatorio en los casos de bajo riesgo y de riesgo con buen pronóstico gracias al cual los pacientes no están en el hospital más de 14 horas. Marchan a casa y se les hace un seguimiento telefónico. El éxito de esta actuación es también notorio, pues aunque hay un ligero porcentaje de resangrado -menos del 3%-, el de muerte es nulo. Los resultados de esta guía aparecerán publicados en breve en la revista de la Sociedad Americana de Endoscopia, en un estudio dirigido por Enric Brullet, jefe de la Unidad de Endoscopia Digestiva.
El hospital Clínic de Barcelona, por su parte, tiene unidad de sangrantes desde hace dos décadas, lo que le permite ofrecer una atención muy especializada a estos pacientes. Aplica, no obstante, su guía clínica desde 1998 porque consideraba elevada la estancia media y quería adecuar los recursos y la asistencia a los enfermos.
Sus resultados van en la misma dirección que Bellvitge y Parc Taulí, ya que "los pacientes de bajo riesgo no están en el hospital más de dos días, y los de alto riesgo, unos seis", explica Faust Feu, responsable de la Sala de Hospitalización de Gastroenterología.
Tal es la eficacia demostrada de estos planes de actuación que, por iniciativa de la junta de gobierno de la Sociedad Catalana de Digestología, se constituyó en 2002 un grupo de trabajo formado por 11 especialistas en la enfermedad con el objetivo de confeccionar una guía clínica para esta patología y difundirla en los hospitales catalanes.
Siguiendo estas recomendaciones, el Hospital de Mataró (Barcelona) ha puesto en marcha su protocolo recientemente. Josep Maria Castellví -jefe de la Unidad de Digestología- explica que el primer paso, imprescindible para organizar un protocolo de estas características, es "conseguir guardias, al menos localizables, de endoscopia digestiva todos los días de la semana".
La endoscopia resulta fundamental porque es diagnóstica, ayuda a realizar un pronóstico y, en muchas ocasiones, cura la lesión si la hay.
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