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ELECCIONES 2004

La incógnita nacionalista

El resultado de Nafarroa Bai es la principal pregunta en los comicios en la comunidad foral

Los 466.000 electores navarros están llamados a despejar una incógnita: cómo afectará al resultado de los comicios la unidad de los partidos nacionalistas democráticos plasmada en la candidatura conjunta Nafarroa Bai. Sin embargo, no son sólo los nacionalistas quienes unen sus fuerzas en una única sigla. La derecha también abona en esta comunidad la política de bloques y repite su exitosa fórmula de coalición entre UPN y PP, revalidada con la reciente actualización de los acuerdos de colaboración firmados por Mariano Rajoy y Miguel Sanz. En marzo de 2000, UPN-PP alcanzó un resultado abrumador, muy superior a sus resultados forales: 150.975 votos, el 49,96% de los emitidos.

Como entonces, su socio en el Gobierno, CDN, pese a ser consciente de que carece de cualquier posibilidad, vuelve a presentar candidaturas propias con el único objetivo de marcar diferencias y activar el apoyo de su electorado, para evitar que se acabe acostumbrando a votar a UPN.

UPN concurre a las urnas sin albergar dudas de que volverá a repetir su victoria

La izquierda no sigue esa inercia de los bloques. El PSN-PSOE juega la baza del bipartidismo nacional reclamando el voto útil a Rodríguez Zapatero para hacer realidad su promesa de que sólo gobernará si es el candidato más votado en España. En 2000, la candidatura que encabezaba Joaquín Almunia logró 82.161 papeletas en la comunidad foral, muy lejos de las obtenidas por Aznar aquel año en Navarra. Los socialistas esperan ahora un notable aumento de apoyos gracias al tirón del nuevo candidato.

Izquierda Unida también se enfrenta sola a las urnas. Rechazó la invitación formal de los fundadores de Nafarroa Bai, deseosos de estructurar una fórmula cuyo componente ideológico fuese similar al existente en el actual Gobierno vasco. La federación afronta el proceso electoral con un rechazo explícito a esta dinámica de bloques y reclamando la representatividad progresista para una Navarra de identidades diversas y cultura mestiza.

Con respecto al statu quo político de la región, la principal incógnita la aporta Nafarroa Bai y las consecuencias que genere el apoyo a esta candidatura integrada por Aralar, EA, el PNV y Batzarre. Los nacionalistas dan por hecho que su cabeza de lista, la periodista Uxue Barkos, obtendrá el acta de diputada. La pregunta es si se hará con uno de los tres escaños que han tenido los regionalistas en la legislatura recién acabada o si le quitará al PSN-PSOE uno de sus dos actuales puestos.

Nafarroa Bai hace cuentas y suma los apoyos que los partidos que la integran han tenido en las últimas citas electorales. El resultado arroja 52.311 votos. En mayo pasado, más de la mitad de los votantes navarros de Euskal Herritarrok desobedecieron las consignas de AuB y votaron a otras formaciones, fundamentalmente Aralar. Otros 17.000 seguidores de la izquierda abertzale respetaron la orden del voto nulo. Los insultos a Barkos proferidos por destacados dirigentes del independentismo ilegalizado han sido continuos y el malestar por la posible fuga de votos a la única opción nacionalista útil de Navarra es más que evidente en las filas de la antigua Batasuna.

Los promotores de Nafarroa Bai reiteran que su deseo es trasladar a Madrid la voz de una comunidad ahora inexistente, la Navarra "vascófona, progresista y plural". La gestión gubernamental de UPN en áreas como la lengua y la cultura vascas, la educación, el autogobierno o la absoluta ausencia de relaciones normalizadas con Euskadi han generado este experimento electoral cuyos promotores quieren consolidar el próximo día 14.

UPN celebra además los 25 años de su fundación con una campaña complacida en la que asegura que el PP ha cumplido lealmente sus compromisos con Navarra. El diputado Jaime Ignacio del Burgo, hombre fuerte del PP en la región, encabeza nuevamente su candidatura al Congreso. La acusación al PSN de estar gobernando con el nacionalismo vasco en destacados municipios y de ceder a sus presiones es uno de los argumentos más recurrentes de la derecha, que no duda de su triunfo, pero a la que incomoda fuertemente que una voz simultáneamente navarra y vasca pueda plantear también sus argumentos en la Carrera de San Jerónimo.

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