El temporal deja sin clase a miles de niños y convierte el tráfico en un caos

El cuarto día consecutivo de nieves y heladas en Euskadi agravó ayer las complicaciones que decenas de miles de personas vienen padeciendo desde el viernes. Varios pueblos quedaron aislados y otros sin luz eléctrica, 66 colegios, que suman miles de alumnos, no abrieron sus aulas, diversas carreteras, incluidas las autopistas A-8 y A-68, quedaron afectadas o cerradas en algún momento del día, hubo retrasos en aviones y trenes, las entradas a las capitales, especialmente Bilbao, se convirtieron en un caos,... El Gobierno alertó de que las temperaturas pueden caer aún más, hasta 12º bajo cero, por lo que teme que los problemas se agraven hoy.

Un total de 43 centros docentes de Vizcaya, 16 alaveses y siete de Guipúzcoa no pudieron dar clase. La UPV tuvo que suspender su actividad en el campus de Álava y en otros dos centros de Vizcaya. Educación espera que hoy se reanude el servicio de transporte escolar y volver a la normalidad.

Cerca de 10.000 personas amanecieron sin luz en sus casas. Los cortes en el suministro eléctrico afectaron a los municipios de Arcentales, Karrantza, Sopuerta, Galdames y Markina. Iberdrola informó de que por la tarde sólo quedaban 1.300 clientes sin servicio. Otras 200 personas de la zona de Elgoibar y Bergara sufrieron el mismo problema.

Mientras la entrada en las grandes ciudades se convertía en un suplicio, la situación de las carreteras mejoró algo con respecto a los días precedentes. Casi toda la red principal permaneció abierta, salvo la autovía A-15 que conecta Guipúzcoa y Navarra, y la N-I entre Vitoria y Pamplona y a su paso por el alto de Etxegarate, donde no se permitió la circulación de camiones. En algunos momentos de la mañana hubo restricciones para circular por las autopistas A-8 y A-68. Numerosos puertos de la red secundaria siguieron cerrados.

Los mayores problemas se trasladaron a los accesos a las tres capitales. El mal estado de las carreteras y la gran afluencia vehículos a primera hora de la mañana de un lunes generaron kilométricas retenciones, principalmente para acceder al gran Bilbao. Las tres diputaciones dedicaron todos sus recursos en la limpieza de tramos de la red principal. Las 39 máquinas quitanieves que empleó Álava más las 25 de Guipúzcoa y las 10 de Vizcaya resultaron insuficientes para despejar al completa la red viaria vasca.

Las placas de hielo también alteraron el tráfico aéreo. Diez vuelos tuvieron que ser cancelados en el aeropuerto de Loiu y otros seis en el de Hondarribia. El aeródromo vizcaíno no quedó plenamente operativo hasta las 09.15, según informó Aena. De Foronda y Noain salieron todos los aviones programados, aunque alguno llegó a acumular dos horas de retraso. Servicios ferroviarios de Renfe, Feve y EuskoTren tampoco llegaron a tiempo a su destino.

La situación más complicada se vivió en Álava, donde las comunicaciones quedaron muy afectadas por la acumulación de nieve y la aparición de placas de hielo. En algunas zonas de la provincia y de la capital alavesa los termómetros rondaron los 10º bajo cero.

La nieve causó muchos problemas en Vitoria, hasta el punto de que el Ayuntamiento llamó a la colaboración de los ciudadanos en la limpieza de las calles. El teniente de alcalde, Miguel Ángel Echevarría, quien calificó el temporal de nieve y frío como "el peor de los últimos 20 años", precisó que hasta ayer se han empleado cerca de 117.500 kilos de sal para deshacer la nieve del casco urbano.

En varias zonas de las comarcas vizcaínas de Arratia-Ibaizabal-Nervión y el Duranguesado, sus habitantes quedaron incomunicados, sin posibilidad de asistir sus centros de trabajo o colegios, con dificultades incluso para comprar el pan o acudir al médico. También los municipios más altos de Tolosaldea y en Elgeta tuvieron problemas para comunicarse con las localidades vecinas.

En Navarra, la nieve y el hielo dejaron aislados por completo a los cerca de 300 habitantes de las poblaciones del valle de Goñi, a unos 20 kilómetros de Pamplona, informa Mikel Muez. Munárriz, de 61 vecinos, la localidad más afectada, no contaba con pan ni otros alimentos. Cuatro familias de Pamplona, con nueve niños pequeños de edades comprendidas entre los siete meses y los cinco años, pasaban el fin de semana en una casa rural y permanecían atrapados desde el viernes en el pueblo sin poder salir de él.

Se cerraron ocho colegios públicos del norte de Navarra y no hubo transporte escolar en Basaburua, Zudaire y Garralda. En Pamplona, más de 150 alumnos de educación infantil del colegio público Elorri fueron desalojados de los módulos prefabricados que ocupaban por miedo a que la nieve acumulada en la techumbre se viniese abajo, como sucedió el domingo con la cubierta del polideportivo de Urretxu. El alcalde de esta localidad, Pello González, calculó ayer en 42.000 euros los daños ocasionados por el derrumbe.