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ELECCIONES 2004

El PSOE promete que no intervendrá en la economía

José Luis Rodríguez Zapatero pasó ayer por Barcelona sin ni siquiera mentar a Esquerra Republicana (ERC), pero dejando claro que para él la crisis provocada por el caso Carod está zanjada. Ayer fue la primera vez que el secretario general del PSOE y el presidente de los socialistas catalanes y de la Generalitat, Pasqual Maragall, compartían un acto público tras el estallido de la crisis que hizo tambalear el Gobierno catalán e incluso las relaciones entre el PSOE y el PSC, pero las heridas parecieron cicatrizadas.

Tanto, que los socialistas catalanes aceptaron sin rechistar algo insólito: que la escenografía del acto fuera la del PSOE y no la del PSC, cuyo lema de campaña es Si gana Zapatero, gana Cataluña.

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En un almuerzo ante unos 600 representantes del mundo económico y empresarial -entre ellos, el presidente de la patronal Fomento, Juan Rosell, y el presidente de la Cámara de Comercio, Miquel Valls- el candidato socialista prometió que si llega a presidente tendrá un "profundo respeto" por la "libertad del juego económico y de la economía de mercado". Y añadió, en referencia a la frustrada opa de Gas Natural sobre Iberdrola: "Habrá un Gobierno que no intervenga ni en fusiones ni en privatizaciones, si es que éstas se tienen que producir".

Maragall se deshizo en elogios hacia Zapatero, le ofreció todo su apoyo y le consideró la esperanza para lograr "una España concebida de forma más abierta" y "moderna". El líder del PSOE renovó su compromiso con la sociedad catalana, que "en su gran mayoría", dijo, quiere un cambio en España, y ofreció exactamente lo que su audiencia querían escuchar: prometió diálogo, una España "en red" -en lugar de "radial"- y "trabajo conjunto" con el Gobierno catalán.

Zapatero fue incluso más allá y dijo que el "buen talante" y el "diálogo" que quería trasladar al Gobierno español era precisamente el característico de la sociedad civil catalana: "Me encantaría que su estilo, que esa forma de comportarse, esa impronta de convivencia estuviera también pronto en el Gobierno", afirmó tras lamentar la "crispación" a su juicio generada por el PP.

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