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El diálogo sobre la crisis nuclear norcoreana vuelve a estancarse

EE UU muestra un cauto optimismo en las negociaciones de Pekín

Las negociaciones sobre el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano que durante cuatro días se han celebrado en Pekín concluyeron ayer sin grandes avances. El compromiso de los seis países participantes de crear un grupo de trabajo de un nivel inferior y de volver a reunirse antes del 1 de julio fueron los únicos resultados tangibles de un encuentro que finalizó sin una declaración conjunta, como pretendía China.

"Aún existen profundas diferencias", dijo Li Zhaoxing, ministro de Exteriores, durante la ceremonia de clausura.

El jefe de la delegación china y presidente de la reunión, Wang Yi, culpó de las diferencias a "la extrema falta de confianza" entre Estados Unidos y Corea del Norte, pero aseguró que "las discrepancias están disminuyendo". Pyongyang ha ofrecido paralizar en una primera fase su programa nuclear con fines militares, pero no el civil, a cambio de recibir ayuda energética. Algo a lo que se han mostrado dispuestos China, Corea del Sur y Rusia, "bajo ciertas condiciones", según dijo Wang en una rueda de prensa, a la que asistieron alrededor de 200 periodistas. Washington, sin embargo, ha insistido en su exigencia de "un desmantelamiento completo, verificable e irreversible" de los programas atómicos de su enemigo antes de dar cualquier paso.

Wang Yi, también viceministro de Exteriores, aseguró que son necesarias más conversaciones tanto sobre la propuesta de paralización norcoreana como sobre el desmantelamiento de todos los planes atómicos exigido por Washington, ya que no hay consenso entre los países sobre su alcance. James Kelly, asistente del secretario de Estado y responsable de la representación americana, insistió en que EE UU no tiene intención de invadir Corea del Norte ni instar un cambio de régimen. Pyongyang ha exigido como condición para eliminar su plan de desarrollo de armas atómicas el fin de lo que denomina la "política hostil" del Gobierno de George W. Bush.

Sin comunicado conjunto

Muestra de las dificultades encontradas durantes estos cuatro días es la falta de un comunicado conjunto. La petición por parte norcoreana de algunos cambios en su redacción en el último momento forzó su cancelación, ante la negativa de algunos países a volver a consultar a sus Gobiernos, según explicó Wang Yi. El resultado fue una denominada "declaración del presidente" en la que las seis partes expresan su compromiso de lograr una península coreana libre de armas nucleares, resolver la crisis por la vía pacífica, crear un grupo de trabajo y celebrar una nueva ronda de conversaciones.

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La crisis nuclear estalló en octubre de 2002, cuando EE UU aseguró que Corea del Norte había reconocido que poseía un programa de enriquecimiento de uranio para fabricar armamento nuclear, que incumplía lo acordado en 1994 a cambio del suministro de ayuda energética, algo que Pyongyang niega.

A diferencia de otros participantes, EE UU mostró un claro optimismo sobre el resultado de las conversaciones. "Han superado mis expectativas en aspectos muy importantes", dijo un representante que pidió no ser identificado y que aseguró que "el desmantelamiento completo, verificable e irreversible" está ahora más cerca.

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