La preparación del 11-S se ultimó en España
El 'cerebro' de la operación confiesa en EE UU que discutió los detalles finales con Atta en Tarragona
Binalshibh ha relatado a sus captores, según informes de la Guardia Civil, que la cumbre de Tarragona fue el último encuentro cara a cara que mantuvo con el jefe del comando suicida para decidir los detalles del ataque. Una cumbre a la que asistieron otros tres terroristas árabes y en la que todavía no estaba decidida la fecha del atentado.
Según la declaración del yemení, tres semanas después de esa cumbre, "a mediados de agosto de 2001, Mohamed Atta le comunicó la fecha en que los comandos llevarían a cabo los atentados: el 11-S". Días más tarde, es decir, a finales de agosto, Binalshibh llamó a Atta para confirmar la fecha y "dejó pasar una semana, por si había contratiempos, antes de comunicarla a la cúpula de Al Qaeda en Afganistán".
Dejó pasar una semana antes de comunicar la cita a la cúpula de Al Qaeda en Afganistán
A mediados de agosto, Atta comunicó la fecha en la que los comandos actuarían
De las manifestaciones de Binalshibh, que provocaron el pasado lunes la detención en Murcia de Khaled Madani, de 33 años, el argelino que presuntamente confeccionó el pasaporte falso con el que el yemení abandonó Europa, se deducen dos datos: que Atta no tuvo ningún contacto con la cúpula de Al Qaeda en Afganistán en los meses previos al atentado y que ésta no conoció la fecha exacta del ataque hasta los últimos días de agosto o la primera semana de septiembre, es decir, pocos días antes de la acción terrorista.
El egipcio Atta, de 33 años, y Binalshibh asistieron a una larga cumbre en Tarragona: desde el 9 al 17 de julio de 2001. El primero llegó a Madrid el día 8 procedente de Miami (EE UU), durmió en el hotel Diana Cazadora del aeropuerto de Barajas y se trasladó en un coche alquilado hasta Tarragona. El yemení llegó el mismo día al aeropuerto de Reus (Tarragona) procedente de Hamburgo, sede principal de la célula terrorista, y se alojó acompañado de otra persona en el hotel Mónica de Cambrils.
Atta dejó su rastro en varios hoteles de la zona, como el Sant Jordi, Casablanca Playa y Montsant, hasta su regreso el día 19 de julio a Fort Lauderdale (Florida), pero de Binalshibh sólo quedó la huella de su primera noche en el Mónica y su regreso a Alemania desde el aeropuerto de Reus el día 17. El encuentro parecía evidente, pero ninguno de los los 23 testigos localizados por la la Guardia Civil los vio juntos. La prueba concluyente de la reunión, que reveló este periódico hace dos años, la ha proporcionado ahora el yemení preso.
Según el testimonio de Binalshibh, él fue el último hombre de la célula de Hamburgo que huyó del continente europeo antes de que los suicidas se lanzaran con los aviones secuestrados contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington. Y se esfumó desde España y con el apoyo de varios miembros de Al Qaeda en este país, según él mismo ha reconocido al FBI.
Tras comunicar a la cúpula de Al Qaeda la fecha del atentado, Binalshibh reservó un billete de avión de Düsseldorf a Madrid en la agencia L'Tour Shop del aeropuerto de Hamburgo. A las 14.30 del día 5 de septiembre, el terrorista voló a Madrid en el vuelo LH4398 con la compañía Lutfhansa bajo el nombre falso de Ramzi Omar. Sólo quedaban seis días para el golpe terrorista y tenía que actuar rápido. Pero todo estaba ya dispuesto en España para su fuga, según él mismo ha reconocido.
En la agencia Viajes Aira del aeropuerto de Barajas reservó una habitación para una noche en el hotel Madrid, en el número 10 de la calle de Carretas, en el centro de la ciudad, y se alojó en la habitación 106. Al día siguiente "llevó un pasaporte saudí a Khalid el-Jaziri [Khalid el argelino] para que éste le estampara un sello de entrada y un visado Schengen por el que pagó 300 marcos alemanes, un precio muy inferior al del mercado". Para la Guardia Civil, este argelino es en realidad Khaled Madani, detenido el pasado lunes en su casa de Murcia gracias a la delación de Binalshibh. Madani, el presunto falsificador, había recibido 455 marcos alemanes de Zakarias Essabar, lugarteniente de Binalshibh, al día siguiente de que el yemení regresara de la cumbre de Tarragona. El dinero se envió a través de la agencia Western Union y fue retirado el 20 de julio por el argelino, que entonces residía en Torrevieja. Essabar tampoco había logrado el visado de entrada a EE UU.
Cuatro días antes de que el yemení se alojara en el hotel Madrid, Madani recibió otro giro de 300 marcos alemanes remitido por un tal Kamel Lameche, otro argelino registrado en Alemania con 18 identidades diferentes y cuya verdadero nombre es Khereddine Bella, un conocido falsificador de 35 años.
Madani, que ingresó en prisión el pasado jueves por orden del juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco, abandonó España por la frontera francesa un día después de la llegada de Binalshibh a Madrid y no regresó hasta el día 18, una semana después del 11-S, según la investigación de la Guardia Civil. Su salida se enmarca también en la desbandada previa al ataque, ya que, además de su relación con Essabar, están acreditados sus contactos con Mohamed Belkacem y Haseen El Ragi, miembros de la célula de Hamburgo donde durante años se planificó el atentado.
El coordinador del 11-S ha relatado que, tras prolongar una noche su estancia en el hotel Madrid, se dirigió a la agencia de viajes Usit, en el número 3 de la plaza de Callao, donde exhibió el pasaporte falso a nombre de Hasan Alssiri y consiguió un carné de estudiante, con el que logró un descuento en el billete de avión Madrid-Atenas-Dubai de la compañía Olimpic Airways. Asegura que un miembro de Al Qaeda en Madrid "encargado de los viajes" de la organización le ayudó en estas gestiones.
A las 13.20 del día 7, cuatro días antes del atentado, el hombre más importante de Al Qaeda en Europa, el único salvo Atta y Bin Laden que conocía el día en que cambiaría el mundo, embarcó en el aeropuerto de Madrid-Barajas rumbo a Atenas. La tarde del día 8, el terrorista voló desde Atenas a Dubai. Desde allí viajó a Kabul (Afganistán), donde se encontró con Bin Landen.
Allí estaban Zakarias Essabar, el marroquí que pagó su pasaporte falso al detenido en Murcia, y Said Bahaji, de 29 años, los dos pilotos frustrados que formaban parte de la célula de Hamburgo y que, siguiendo la orden de retirada dada por el yemení, habían huido desde Alemania. El primero el 30 de agosto y el segundo el 3 de septiembre en un vuelo que le condujo hasta Karachi (Pakistán). En ese mismo vuelo y en el mismo hotel paquistaní estuvo Mohamed Belfatmi, un extremista argelino de 26 años que residía en Vilaseca y que presumiblemente organizó la cumbre del mes de julio a la que acudió a informar Atta. En una agenda de Bahaji en Hamburgo se encontró el teléfono de Imad Eddin Barakat, el sirio de 39 años detenido como presunto dirigente de la célula de Al Qaeda en España.
Un juez a Guantánamo
El juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco tramitará una comisión rogatoria ( petición de ayuda judicial) a las autoridades norteamericanas para tomar declaración a Ramzi Binalshibh, principal detenido del 11-S, según señalaron fuentes judiciales. La Guardia Civil quiere que se interrogue al cerebro y coordinador del 11-S preso en Guantánamo para que dé luz a las numerosas lagunas que todavía existen de la cumbre terrorista celebrada en Tarragona semanas antes del ataque terrorista. Una petición judicial que se encontrará con una dificultad añadida: el preso está en una base naval donde se violan los derechos humanos de los detenidos.
Para los investigadores es un enigma el lugar de la costa catalana donde Mohamed Atta y Binalshibh permanecieron recluidos durante días ultimando el 11-S, un dato que el yemení no ha revelado. Los informes de la Guardia Civil aseguran que eligieron Tarragona porque contaban con el apoyo de radicales islamistas en la zona que les facilitaron un domicilio o casa de campo para la reunión.
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