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Crónica:LA CRÓNICA | ELECCIONES 2004 | Faltan 16 días
Crónica
Texto informativo con interpretación

Las más interesantes

Soledad Gallego-Díaz

Esta campaña electoral, y estas elecciones, son las más interesantes desde hace años. El PP aspira a renovar un tercer mandato (12 años seguidos en el poder), aunque sea con un nuevo cabeza de lista. El PSOE, también con un nuevo dirigente, pretende, sobre todo, quitarle la mayoría absoluta al PP y, que si se mantiene en el Gobierno, esté obligado a negociar con otras fuerzas, la coalición canaria (con CC) o la coalición catalana (CiU). Lo más importante, quizás, será saber si el PP logra que toda la campaña gire sobre el tema de España, sorteando la guerra de Irak y otros escenarios comprometidos, o si los electores están cansados y empiezan a dibujar otra tendencia. Quien maneje la agenda irá por delante.

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El candidato del PP, Mariano Rajoy, juega con sus ocho años en el Gobierno y con su talante, pero con la desventaja de que tendrá también que esquivar lo malo de la etapa de Aznar y la imagen de número dos, que siempre perjudica a un candidato. Hasta ahora su campaña ha sido moderada, pero no ha impedido la extrema excitación de su partido. El PP sigue manteniendo, al igual que Aznar en su última etapa, un tono catastrófico y bronco y no parece que esa estrategia vaya a amainar.

Habrá que ver si Rajoy es capaz de resistir o sucumbe ante esa línea acorazada. Por el momento, dicen en el PP, no existen grupos que defiendan campañas distintas sino "dudas" del propio equipo. En cualquier caso, parece probable que Aznar esté pidiendo una salida en tromba, como la que él mismo protagonizó en la campaña municipal, con buen resultado.

La posición de Rajoy es curiosa: sale de la línea de partida como gran favorito, pero está al mismo tiempo incómodo: se le exige mayoría absoluta, los mismos votos que Aznar y un comportamiento que no va con su carácter. Cualquier otro resultado, aunque ganase, sería malo y le quitaría peso cara a la formación de su Gobierno y, sobre todo, a la hora de controlar al PP.

La campaña es en teoría mucho más cómoda para José Luis Rodríguez Zapatero, que acude a unas elecciones por primera vez y al que su partido no puede exigir que gane, sino que arrebate la mayoría absoluta al PP. Para Zapatero, un buen resultado personal sería obtener más votos que Joaquín Almunia en 2000, algo que, según las encuestas, ya tiene asegurado. Aunque el PP lograra conservar la mayoría absoluta (por 176 o 178), el dirigente socialista se mantendría fuerte en su puesto y sería su equipo el que pagaría las consecuencias. Esa es otra de las circunstancias curiosas de esta campaña. Pase lo que pase, terminará afectando a la actual ejecutiva socialista.

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Zapatero luchará por evitar que el PP le arrolle con la campaña "España" y por mantener en primera línea otros aspectos de la vida política y económica. Y este es precisamente uno de los elementos más interesantes de esta campaña: saber hasta qué punto los ciudadanos van a sentirse afectados por la batalla territorial y hasta qué punto van a prestar atención a otros temas de campaña. Hasta qué punto creen que el modelo territorial está, de verdad, en peligro o se trata simplemente de la maniobra electoral de una derecha que quiere mantenerse en el poder 12 o 20 años y que ha encontrado la vía perfecta para ello.

Las encuestas dicen que los españoles desconfían de las campañas porque creen que es el momento en el que más les mienten. En realidad, serían precisamente el único momento en el que los políticos no podrían mentir porque supone una especie de contrato. Es posible que ese dar por supuesto que en campaña nos mienten más que nunca sea el responsable de que después no reclamemos el cumplimiento de esas promesas electorales. Porque si tomáramos nota nos daríamos cuenta de que se están diciendo cosas importantes. Y que no todas tienen que ver con el territorio. Rodrigo Rato, por ejemplo, anunció discretamente el martes su voluntad de volver sobre la reforma laboral. "Ya sé que no le gusta a casi nadie", reconoció. Pues ya sabemos. Como le dijo el director de la escuela de magia a Harry Potter: "Siéntense, por favor. Ahora es cuando van a contárnoslo todo".

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