La feria PMA acentúa la importancia de los megapíxeles y las copias profesionales
Para una copia fotográfica del tamaño de un folio es suficiente con tres megapíxeles - Las cámaras aumentan la resolución, pero no el tamaño del sensor -Las nuevas tarjetas de memoria almacenan hasta 8 GB
La feria PMA (Photo Marketing Association) de Las Vegas, una de las citas más importantes del mundo de la fotografía, ha puesto de relieve la brusca caída de la impresión de fotografías digitales en casa, mientras que ascienden al mismo ritmo las copias en los laboratorios tradicionales como en los quioscos de autoservicio. En los informes encargados por la PMA para el mercado norteamericano, la impresión casera descendió desde el 83,8% hasta el 68% en el periodo de noviembre de 2002 a noviembre de 2003. En estos mismos 12 meses, las tiendas aumentaron los pedidos de copias digitales en un 240%, mientras que los quioscos incrementaron el número de copias digitales en un 600%.
El precio cada vez más igualado y un rápido reciclaje de los laboratorios hacia las nuevas tecnologías son los factores que más han influido en el cambio.
Otras tendencias que se vieron en el salón es el pujante ascenso de las cámaras réflex digitales, que ya son una opción muy atractiva para los buenos aficionados, y no sólo para el profesional.
La feria mostró, una vez más, que la tecnología de fabricación de sensores marcha a velocidades de vértigo. Las nuevas cámaras compactas de altas prestaciones ya alcanzan los 8 megapíxeles, aunque el tamaño de los sensores no aumenta.
Las tiendas y los laboratorios profesionales han aumentado el 240% la demanda de copias digitales en Estados Unidos. La copia en el quiosco creció el 600%. Aunque la impresión casera sigue siendo la más habitual (el 68%, frente al 83,8% del año anterior), los costes de las impresoras y de sus consumibles -papel y tintas- multiplica por tres el precio de la copia casera respecto a la de laboratorio.
En España los laboratorios se van adaptando a las nuevas tecnologías. El carrete está cediendo espacio al CD-ROM, a la tarjeta de memoria y a la solicitud de copias por Internet. El precio de una copia digital se va acercando al de la analógica. Hasta ahora el laboratorio tenía la ventaja de revelar un carrete y asegurarse las copias de todas sus fotografías, dos ingresos seguros. Ahora un CD-ROM puede llevar muchas más fotografías que el carrete y no tienen por qué ser más caras las copias.
De hecho, en pedidos superiores a las 50 copias los precios son muy similares, según los laboratorios consultados por Ciberp@ís.
El salón de la PMA en Las Vegas ha mostrado que el número de píxeles de los sensores seguirá aumentando hasta no se sabe qué límite. De las más de 50 cámaras digitales exhibidas, el 30% tienen más de cinco megapíxeles (Mp), y del resto, sólo tres no alcanzan los tres Mp.
El aficionado asocia la calidad digital únicamente con el número de píxeles que contien el sensor de la cámara. Y no es sólo eso. Uno de los mayores problemas que presenta un elevado número de elementos sensibles a la luz, los llamados píxeles o puntos, es que necesitan espacio entre ellos. Si están muy juntos, crean interferencias en condiciones de luz extremas (sombras o cielos claros, por ejemplo). Es lo que se conoce como "ruido". Cuanto más grandes son los sensores, más superficie tienen, menos problemas hay y mejor rendimiento en condiciones adversas.
Pero el coste de fabricación se dispara. Es mucho más rentable aumentar el número de píxeles en una misma superficie que desarrollar otros con más píxeles y en más espacio. El aficionado a la fotografía sabe que cuanto mayor es el negativo, más calidad se obtiene. Una cámara de formato medio (4,5 x 6; 6 x 6; 6 x 9) da mucha más calidad de una misma imagen que una de paso universal (35 milímetros) al disponer de más espacio para la misma información. Algo parecido ocurre con los píxeles.
En la feria de la PMA, ha predominado la presencia de modelos de cámaras que aumentan el número de píxeles, pero no el tamaño del sensor. Para paliar los efectos negativos que esto produce, han dotado a las cámaras de complejos programas (firmware) que reducen los problemas. El resultado es un archivo fotográfico que ocupa cada vez más espacio, más megas, con los inconvenientes que acarrea: tarjetas de almacenamiento de más capacidad y dificultades en el envío de las imágenes por la red.
Exceso de megapíxeles
Además hay que tener en cuenta que para una ampliación a papel de 10 x 15, las más solicitada, basta con imágenes de 2 megapíxeles. Y una ampliación de 20 x 25 centímetros, o de folio (DIN A4), se consigue con tres megas o poco más, medida que ya se ha convertido en el estándar a la hora de comprar la primera cámara. A partir de ahí, al 90% de los aficionados medios le sobran megas.
Otro apartado de mención es el del segmento profesional o semiprofesional, con cámaras réflex renovadas y con precios más competitivos. Las compactas de gama más alta han mejorado su objetivo zoom y llevan ocho megas, pero a costa de unos precios que las igualan a las réflex económicas.
A la batalla entre Canon y Nikon por el segmento de las réflex se suman Fujifilm, Kónica-Minolta, la clásica Leica (junto a su socio Panasonic), una renovada Kodak Pro y, sobre todo, Olympus, que apuesta fuerte por su formato "cuatro tercios". A los iniciales socios, Fujifilm, Kodak y la propia Olympus, se han sumado ahora Sigma, Sanyo y Panasonic.
Las tarjetas de memoria también crecen en capacidad. Las del tipo CompactFlash, que ya se están convirtiendo en un estándar, las de tipo I, ya se pueden encontrar con 2, 4 y 5 GB, y las de tipo II llegan a 8 GB, algo cada vez más necesario para almacenar fotografías con sensores de 8 megapíxeles.
PMA: www.pmai.org
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