El nuevo puerto deportivo de Sant Adrià huye del modelo del Port Olímpic

Árboles y paseos marítimos serán dos de las peculiaridades de la urbanización del puerto deportivo de Sant Adrià, que quiere huir de modelos como el del Port Olímpic por la invasión del espacio público a causa de las terrazas de bares y restaurantes y los vehículos. En el nuevo puerto se quiere evitar esa ocupación y se ha proyectado un parque portuario con presencia vegetal: más de dos centenares de árboles.

El parque portuario de Sant Adrià será el final de un paseo marítimo que arrancará de la Barceloneta. Es decir, unos cuatro kilómetros de costa que en un futuro no muy lejano continuará al otro lado del río Besòs, por Sant Adrià y después Badalona.

De las siete hectáreas de urbanización del nuevo puerto, cinco serán de uso público. El diseño parte de la idea de un gran parque con más de 250 árboles, plantados de forma aleatoria, que bordea el mar. Las especies elegidas son palmeras canarienses, tamarindos y moreras, árboles resistentes, teniendo en cuenta su proximidad al mar. La zona más arbolada será la de los muelles del norte, la más próxima al parque de Ábalos y Herreros. Será en esos muelles donde se ubicará la mayor parte de las instalaciones comerciales; en este sentido, en el puerto de Sant Adrià se evitará la oferta monocolor de restauración y bares. La sociedad que explotará el puerto, Marina Premià, quiere una mezcla de establecimientos. Los locales estarán adosados al muro de contención del puerto y quedarán resguardados bajo unos extensos voladizos en forma de visera con un ancho de cinco metros en su zona más amplia.

Los restaurantes tendrán la terraza bajo ese voladizo y no invadirán el resto del muelle, de 20 metros de ancho: "Una de las prioridades que nos marcamos es evitar la ocupación del espacio público", apunta Casamor. Los arquitectos huyen del aspecto actual del Port Olímpic, donde un mar de plástico -las terrazas de los restaurantes- precede a la zona propiamente portuaria.

En esa línea, el diseño del Port de Sant Adrià evita la circulación de vehículos. Al aparcamiento, de 600 plazas, se accederá por dos puntos, pero ambos estarán situados fuera del perímetro del recinto portuario. Los únicos vehículos que podrán circular por los muelles serán los de los titulares de los 350 amarres del puerto o los que tengan su embarcación en la marina seca, con capacidad para 180 barcos. La entrada de las mercancías a los establecimientos se realizará por un callejón de servicios.

La cubierta de los locales comerciales será una de las zonas de paseo que contarán con más árboles y sobre ella se construirán unas pérgolas efímeras. Durante la celebración del Fòrum, esa área se dedicará a los juegos de mesa, la restauración y la venta de objetos de artesanía de todo el mundo. Uno de esos edificios albergará durante el evento la exposición de los guerreros de Xiang.

Al igual que ocurre con el suelo de la explanada del Fórum, el del puerto deportivo de Sant Adrià también combinará las tonalidades del ocre, el rojizo y el gris.

Entre el muelle de la Ribera y el de Ponent se han construido tres volúmenes, de entre 100 y 300 metros cuadrados cada uno, situados muy cerca del agua, simulando que flotan. Esos espacios, que estarán unidos a la marina seca por una pasarela, también se destinarán a uso comercial. Y un puente largo y estilizado unirá los muelles del norte y el de Ponent.