Londres dirá hoy si procesa a la agente que filtró el caso de espionaje en la ONU

La Fiscalía de la Corona británica anunciará hoy en el tribunal londinense de Old Bailey si mantiene el cargo de violación de secretos oficiales contra la agente de inteligencia Katharine Gun, quien a primeros de marzo de 2003 filtró a la prensa que el Centro Gubernamental de Comunicaciones británico estaba involucrado en una operación de espionaje en las embajadas de seis países ante Naciones Unidas en Nueva York. Estas naciones se resistían a apoyar una resolución del Consejo de Seguridad que promovía la guerra contra Irak.

Un portavoz de la fiscalía, preguntado por los rumores sobre un posible abandono de la acusación, dijo anoche a este periódico que la decisión se dará a conocer hoy en una audiencia convocada para decidir la fecha del juicio. Katharine Gun, de 29 años, trabajaba como traductora de mandarín (chino) en el Centro Gubernamental de Comunicaciones, especializado en la obtención de inteligencia de señales y ruptura de claves.

A primeros de marzo de 2003, EE UU, Reino Unido y España intentaban sacar adelante en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas una resolución -llamada la segunda- a fin de obtener autorización para el uso de la fuerza en Irak. La Agencia de Seguridad Nacional norteamericana pidió por memorándum al Centro Gubernamental de Comunicaciones británico el montaje de escuchas en los telefónos de las embajadas de seis países para saber cuál era su posición si se sometía a votación la nueva resolución. El escrito citaba a seis países: Camerún, Angola, Chile, Bulgaria, Guinea Conakry y Pakistán.

Libertad bajo fianza

Katharine Gun filtró el documento a la prensa. El 2 de marzo, el periódico británico The Observer dio cuenta del contenido de la operación. La traductora se confesó por iniciativa propia como la fuente de la información. En libertad bajo fianza, la fiscalía británica la ha acusado de violar la Ley de Secretos Oficiales de 1989.

La operación de control telefónico en marzo de 2003 se materializó. Según declaró el 10 de febrero a EL PAÍS el entonces embajador de Chile ante las Naciones Unidas, Juan Gabriel Valdés, él mismo ordenó a un equipo de técnicos revisar los teléfonos en la misión de Chile ante la ONU y comprobó que la mayoría de ellos estaban intervenidos.

"Katharine Gun filtró la información por razones de necesidad, para evitar la guerra", explicó a EL PAÍS su abogado, James Welch. "Por otra parte, por aquellas fechas el abogado del Estado británico dictaminó que la guerra, sin una nueva resolución, era ilegal. Solicitamos que se desclasifique este documento clave", añadió. Fuentes jurídicas señalan que la posibilidad de perder el juicio ha llevado al Gobierno de Blair a contemplar el abandono de la acusación. Russel Hayes, de la fiscalía, dijo ayer que la decisión se conocerá mañana (por hoy). "Nuestros casos están bajo revisión permanente", agregó.