Envejecer haciendo rock auténtico
Otra vieja leyenda viva del rock and roll que, sin pudor alguno, recluta un grupo de músicos acompañantes de profesionalidad contrastada, en este caso alemanes, y se lanza a la carretera a hacer unos bolos a cambio de unos durillos. Un guión conocido que a veces sale bien y otras mal. En el caso de Ryder, la apuesta le salió en su concierto en Madrid al cincuenta por ciento. Desde luego, la banda era impecable, destacando la labor del ex Torpedo Robert Gillespie a la guitarra y los teclados abrasadores del alemán Boddi Bodag. Pero lo cierto es que Ryder anda ya de garganta bastante cascadete, recuperando su tono de siempre únicamente para los falsetes con los que adornó los temas. De todos modos, siempre queda la más que correcta interpretación que Ryder hace de clásicos tocados con fuego y energía aún insurgente: Rock'n'roll, de Lou Reed, Heart of Stone y Gimme shelter, de los Rolling Stones, y el ceremonioso de Soul kitchen, de los Doors. Lo uno por lo otro, aunque, si se tratase de una vieja gloria del flamenco o del blues, seguro que se le perdonaba todo mejor. En fin, es lo que tiene envejecer tratando de hacer rock auténtico y no sucedáneo para satisfacer las leyes de mercado.
Mitch Ryder & The Detroit Wheels
Mitch Ryder (voz), Robert Gillespie (guitarra), Manne Pokrandt (bajo), Heiner Witte (guitarra), Vincent Brisach (batería) y Boddi Bodag (teclado). Sala El Sol. 12 euros. Madrid, sábado 21 de febrero.