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Entrevista:FRANCESC TARRATS | Director general de Patrimonio Cultural de la Generalitat

"El MNAC se acabará a finales de año, pese a su encarecimiento"

Francesc Tarrats (Badalona, 1951), nombrado nuevo director general de Patrimonio Cultural de la Generalitat el pasado 7 de enero, es un profesional que conoce bien la anterior Administración por haber formado parte de ella. Entre la herencia recibida, sin embargo, figura una que inicialmente no estaba prevista: faltan 18 millones de euros para acabar las obras del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). "Todos hubiéramos preferido llegar a la nueva etapa con una disponibilidad total de recursos y sin estar hipotecados por decisiones en las que no se habían previsto las necesidades presupuestarias, pero el proceso histórico no tiene que dificultar la decisión tomada. Desde la Generalitat se ha explicitado que el proceso de obras e instalaciones tiene que estar terminado en diciembre de 2004; por tanto, el MNAC se acabará en esta fecha pese al encarecimiento de la obra".

"El Museo de Arqueología ha sido la cenicienta de la Administración"

Tarrats aclara que el anterior patronato, integrado por representantes de la Generalitat, del Ayuntamiento de Barcelona y del Ministerio de Cultura, sabía desde julio de 2003 que hacía falta este presupuesto extra para hacer frente a las nuevas necesidades del centro, y adelanta que la intención del departamento es convocar, a ser posible antes del 14 de marzo, una reunión del nuevo patronato del museo para asegurar que las tres administraciones se comprometen a aportar a partes iguales la cantidad necesaria. ¿Qué ha pasado? "Esto tendría que contestarlo el anterior patronato, pero una de las razones del aumento viene condicionado por el compromiso de incorporar la colección Thyssen al MNAC y la otra viene derivada del propio proceso de las obras. Éstas empezaron hace ya varios años y algunas de las instalaciones se han quedado obsoletas, como es el caso, por ejemplo, del sistema de aire acondicionado, que resulta ahora insuficiente". Lo importante, añade, "es que todos estamos convencidos de que hay que cerrar este proceso. Desde el departamento no se quieren poner nuevos obstáculos a este proyecto y por eso cualquier otra decisión se pospone hasta que acaben las obras". Es decir, el actual director, Eduard Carbonell, se mantiene en el cargo hasta la inauguración. Por otra parte, Tarrats parece convencido de que el presupuesto global entrará dentro de los márgenes lógicos en estos centros. "El coste de las obras del MNAC no supera los 2.400 euros el metro cuadrado, lo que pasa es que tiene muchos metros cuadrados".

La Dirección General de Patrimonio se reestructurará con la creación de tres subdirecciones generales: la de archivos, que ocupará Ramon Alberch; la de gestión y administración, que asume María José Moya, y la de patrimonio cultural, que en el entorno museístico se da por hecho que recaerá en Carme Prats.

Tarrats es muy crítico con la política arqueológica que se ha hecho en los últimos años en Cataluña. Para él, no se ha resuelto "el problema de fondo" de "la definición de los objetivos y los engranajes de conexión entre las instituciones de Gobierno y el mundo académico", que "configuran compartimentos demasiado estancos". Sus críticas son especialmente severas hacia el Museo de Arqueología de Cataluña (MAC) -que agrupa centros y yacimientos de todo el país y del que él mismo fue director entre 1997 y 1999-, "en situación de degradación progresiva" y en el que "se han dado demasiados pasos en falso". A juicio de Tarrats, el MAC, cuyo actual director, Miquel Molist, no seguirá ("se está pensando el nuevo director y lo anunciaremos en unas semanas"), ha sido "la cenicienta de la Administración" y su situación "delicada" se debe a "decisiones erráticas y equivocadas". Uno de los asuntos con respecto al MAC es el futuro de su sede central, en el Museo Arqueológico de Barcelona. "Nunca ha habido un acuerdo claro sobre ese punto y hay que afrontarlo sin más dilación. El debate está abierto. El MAC debe ser un ejemplo de descentralización. Hay que ver si debe haber una sede central o no y cuál debería ser su papel".

En cuanto al Museo de Historia de Cataluña (MHC), Tarrats manifiesta: "Está aquí, al margen de la polémica y la valoración que se hubiera podido hacer en su día sobre su creación. Entendemos que debemos actuar sobre él no para desmontarlo, sino para reconducirlo". Sin embargo, el museo continuará con el mismo director, pues, señala Tarrats, Jaume Sobrequés ha sido confirmado en su puesto y se ha encargado una propuesta alternativa al equipo propio del museo. El MHC "no debe ser una arquitectura, una caja, sino que debe tener un referente en el territorio, porque es ahí, desde Sant Pere de Rodes hasta el castillo de Miravet, donde están los testimonios para explicar su discurso".

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Una primera decisión en ese sentido, ya tomada, ha sido la de incorporar la Oficina de Gestión de Monumentos (de la que dependen 15 monumentos) al MHC, que pasa a instalarse físicamente en el centro y cuyas funciones pasan al museo. En todo caso, Tarrats precisa que "el discurso museográfico tiene que cambiar" y señala que la participación de la Generalitat en la gestión del yacimiento del Born se haría a través de este centro.

¿Se solaparán el museo de Historia y el de Arqueología? "Van en paralelo y queremos que haya una confluencia y una coordinación entre los dos equipamientos, está por ver con qué distancia, pero hay una alta similitud".

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