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Reportaje:

Servicios descongelados

El aumento de tarifas decretado por el Gobierno argentino beneficia a las generadoras, como Endesa, y a productores, como Repsol

Alejandro Rebossio

Dos años y un mes después de la congelación de las tarifas de servicios públicos en Argentina, el Gobierno de Néstor Kirchner decretó el lunes pasado el inicio de un camino de recomposición de los precios de la electricidad y el gas que por ahora sólo beneficia a generadores, como Endesa, y a productores, como Repsol YPF. El transporte y la distribución, sector del que también participan Endesa y Repsol, además de Gas Natural, deberán seguir esperando.

Las industrias, las eléctricas y las compañías de gas reconocen en voz baja, para evitar nuevos roces con un Gobierno irritable ante las presiones en los medios, que en el próximo invierno podría resultar necesario un racionamiento del suministro de la electricidad y del gas sólo para los grandes usuarios. El Ejecutivo decretó que la provisión de gas natural a las gasolineras puede interrumpirse en caso de escasez de oferta. El ahorro forzoso de gas en las industrias y en las centrales eléctricas se da como un hecho entre los productores. Incluso en este verano austral ya están registrándose casos de fábricas del noroeste y el centro del país que sufren cortes del servicio.

El precio de la electricidad aumentará a partir de este mes entre el 15% y el 35%, y el del gas subirá entre el 12% y el 25%

Mejora la situación

Las dos empresas españolas beneficadas por el primer ajuste de tarifas han sido Endesa, propietaria de tres generadores eléctricos, y Repsol YPF, el mayor productor de gas de Argentina. "Estamos felices porque se desbloqueó la congelación mental", señalan fuentes de Endesa. Edesur, su distribuidora de Buenos Aires, no percibirá cambios. La hidroeléctrica El Chocón, en la Patagonia, mejorará su situación, mientras que las térmicas Central Costanera y Dock Sud, ambas en la capital, equilibrarán el alza de su remuneración con la del gas, su principal insumo.

El aumento de tarifas, según las fuentes de Endesa, no generará una ganancia, sino que evitará que el Estado siga subvencionando el consumo de los grandes usuarios a costa de endeudarse con los generadores. Desde la congelación de tarifas, en enero de 2002, se ha ido acumulando una deuda 194,6 millones de euros del Estado con los generadores. El Gobierno decidió prestar a fines de la año pasado 40 millones a las centrales, pero el pasivo aumenta a razón de un millón cada tres días.

El Gobierno de Kirchner, obsesionado por mantener su alta popularidad y la paz social, decidió que los incrementos excluyeran a los hogares, la mitad de los cuales vive en la pobreza. Sólo se afectó al sector industrial, uno de los motores de la recuperación de la crisis, y a los grandes comercios.

Un estudio prevé que la inflación crezca entre el 0,2% y el 0,5% por el ajuste. La electrididad aumentó a partir de este mes entre el 15% y el 35%, y el gas, tras una audiencia pública con los usuarios involucrados en el alza, subirá entre el 12% y el 25%. La subida será destinada a mejorar la remuneración de la generación eléctrica y la producción de gas, para satisfacer a una demanda creciente que puede llegar a superar a la oferta el próximo invierno austral. Los precios comenzarán a acercarse a los niveles de los países vecinos, pero todavía no supondrán un estímulo para invertir en la ampliación de la oferta, según diversas fuentes del sector energético. El sector privado espera que el Gobierno, después de comprobar que estos aumentos no generan resistencia popular, se atreva a aplicar otros dos.

José María Hidalgo (centro), <i>country manager</i> de Endesa en Argentina.
José María Hidalgo (centro), country manager de Endesa en Argentina.

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