El sha espiritual
El papel jugado en estas elecciones por el ayatolá Alí Jamenei ha colocado en el ojo del huracán al guía espiritual de la Revolución Islámica, cuya palabra, supuestamente infalible, ha sido puesta en duda por los reformistas más radicales, los 80 diputados expulsados de las listas electorales por el Consejo de Guardianes. A la muerte de Jomeini, y desplazado por liberal su heredero original, el ayatolá Montazeri, fue necesario enmendar la Constitución para que Jamenei, un clérigo con menor rango, se convirtiese en líder supremo. En los últimos tiempos ha pretendido elevar su imagen internacional de dirigente moderado y ordenó personalmente la firma del Protocolo Adicional del Acuerdo de No Proliferación Nuclear exigido por EE UU y la Unión Europea. Tiene un poder casi absoluto.
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